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«En San Martín necesitamos medidas concretas que impulsen el sector gastronómico»

Diego Faggioli, el presidente de la Federación Bonaerense de Gastronómicos y representante de la Cámara que nuclea a los comerciantes de San Martín dio una entrevista exclusiva a Zorzal Diario en la que habló de la realidad del sector tras la pandemia y de las iniciativas que pretenden que se apliquen en el distrito para potenciar a la gastronomía.

Desde su comercio «Berlina» ubicado en Lacroze 5031, en Villa Ballester, Faggioli analiza que uno de los mayores inconvenientes que tuvieron en la pandemia fue la falta de previsión: «Las autoridades del municipio no tenían mucha idea de qué hacer, y en este negocio necesitas planificar. Te decían que podías abrir en una semana, en dos, y así pasaba el tiempo. Algunos alimentos podés freezar, pero muchos se echan a perder. Por eso decidimos donar la mercadería a los comedores».

En ese sentido,contó que fueron dos años duros, en los que las restricciones por el coronavirus se prolongaron mucho y un 30% de los locales en el distrito debieron cerrar sus puertas. Ante el accionar del Estado frente a la pandemia, fue contundente: «Sirvieron algunas medidas como el ATP, pero el Estado no dejaba de cobrar cargas sociales».

Desde enero hasta esta parte, si bien señaló, que hubo un » veranito» que les permitió a muchos locales que venían con deudas poder refinanciar planes de pago con AFIP, o aquellos que arrastraban atrasos con la luz y el gas que se pudieran poner al día, advirtió que siguen teniendo coletazos de la pandemia: «En las últimas semanas han cerrado algunos lugares que arrastraban deudas o que tenían que renovar el alquiler y los alquileres se están poniendo muy caros».

El titular de la Cámara Gastronómica de San Martín, la cual se inició en plena pandemia y hoy agrupa a más de ciento cincuenta gastronómicos, se mostró preocupado por el constante aumento de precios: «Todos los lunes recibimos de los proveedores una nueva lista de precios. Los cortes de carnes, el aceite, los fiambres aumentan y no se puede cambiar todas las semanas los precios de la carta porque sino la gente deja de venir. Absorber esos aumentos, hace que muchos lugares queden sin rentabilidad, y eso puede ser peligroso. Las subas son permanentes. En los últimos días la papa aumentó un 60%».

En cuanto al público en los locales subrayó que se volvió al mismo caudal de gente, pero en cuanto a la facturación los números no superan a los de la pre-pandemia. La actual situación económica configura un escenario poco alentador, al respecto Faggioli expresa: «Hoy una familia tiene que pensar dos veces antes de salir. El poder adquisitivo es muy bajo para poder disfrutar una salida. Por eso tratamos de ser razonables con los precios».

El rol del municipio

Hace algunas semanas el municipio de Tres de Febrero implementó una estrategia para incentivar las inversiones: eliminó todos los impuestos locales que antes se exigían para poder abrir un comercio. Al ser consultado sobre esta medida Faggioli comentó que en estos días se reunirá con Valenzuela «para ver las cosas que está implementando y ver si se puede replicar en otros distritos, como en San Martín, en el que hay muchas trabas para abrir un local».

Sobre la comunicación con el intendente Moreira expresó que mantienen un buen vínculo, pero mostró su descontento en la falta de medidas que impulsen al sector: «Muchas veces llevamos propuestas y nos dicen a todo que sí, pero después no se terminan concretando. Se necesitan medidas que impulsen la gastronomía». En San Martín aun rigen ordenanzas y leyes muy obsoletas, y cada vez que se quiere impulsar algo nuevo se encuentran con trabas: «No hay un contrato que te permita tomar gente temporal en el verano. La gastronomía es temporal, nos encantaría que todo el año sea parejo en cuanto a la cantidad de personas que asisten, pero no es así».

En relación a esto, contó que el tradicional Paseo Lacroze que se venía haciendo en Villa Ballester era una oportunidad y una iniciativa para reactivar el rubro. En el mismo participaron comerciantes gastronómicos del barrio y feriantes de la zona acompañados de artistas locales. Pero esta vez no les dieron los permisos para hacerlo. Tambien explicó que hace poco tiempo se les permitió la utilización del espacio público en las veredas: «Es algo que veniamos insistiendo, porque hoy la gente prefiere sentarse afuera, y no dentro del local».

La emergencia de la cooperativa de repartidores TRU, la cual hoy cuenta con veinte trabajadores, es valorada por Faggioli como una experiencia muy positiva y contó las ventajas de trabajar con ellos : «Es un muy buen servicio, el pedido llega bien, en condiciones. Tenemos un ida y vuelta permanente. Si hay una demora, si se rompe una moto, sale otro repartidor a buscarlo. Todo esto lo sabemos al instante y el cliente también».

Y agregó: “En la pandemia, los pedidos de delivery crecieron exponencialmente, pero con ellos la precariedad laboral y el desamparo ante el anonimato de las apps. Los negocios del barrio ven con buenos ojos la iniciativa y están a la espera de que sumen más repartidores para adherirse al sistema».

Al consultarle por las medidas urgentes para el sector contestó entre risas: «Parar la inflación» y luego enumeró: «Primero que los locales paguen menos de costos operativos de cargas sociales y de sindicatos, que la alicuota sea menor para poder tener más empleados. También que se avance en un programa para capacitar a los trabajadores del rubro. Otra cuestión, es que necesitamos una ordenanza que proteja la inversión edilicia, para eso proponemos que los contratos sean más largos, para recuperar la plata que se invierte», concluyó.

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