skip to Main Content

Maternidad en tiempos de cuarentena

Pocas oportunidades como la que da el Coronavirus nos acercan tanto a las personas con las que convivimos, con todo lo que implica. Desde la maravilla hasta lo caótico de pasar más tiempo con las hijas e hijos. Todas las madres en la misma situación: ser mamás en tiempos de pandemia. Desde aprovechar para jugar y conocerse más, hasta el stress que generan las noticias, las tareas escolares, no poder salir y el fantasma de contagiarse que todas tienen. Testimonios de madres de San Martín.

Mercedes y Amadeo
Imagen ilustrativa de Laura Sofía Muiños

Cada mamá lo vive de manera distinta, según las situaciones económicas, familiares y laborales, pero todas coinciden en algo: este es un momento de intensidad extrema. Sin olvidarnos de los problemas laborales y económicos que esta pandemia está produciendo. Por todo esto es bueno saber que les pasa a otras mamás y también escuchar la voz de una profesional, que nos da algunos consejos para sobrellevar mejor la situación.

Vanina Pasik tiene dos hijos, uno que va a segundo grado y el otro al jardín. Explica: “Nuestra situación en la cuarentena es bastante particular porque los dos trabajamos en servicios esenciales entonces nos tenemos que turnar, porque normalmente contamos con mucha más ayuda para el cuidado de los chicos y eso implica tener más tiempo para todas las tareas del cuidado de la casa y de nuestra vida cotidiana. Entonces estamos mucho más exigidos. Encima en ese marco hay que escolarizar a los chicos sin escuela, entonces somos nosotros los que tenemos que transmitir la importancia de la escuela, y aunque las maestras se esfuerzan mucho y todos los docentes están trabajando un montón, muchas veces es difícil con solo los contenidos generar intereses en los chicos. Yo trabajo mucho afuera y cuando estoy en casa, en vez de poder disfrutar con ellos tengo que estar renegando para que hagan las tareas que les exigen”.

Piensa que es bastante raro que el criterio de evaluación sea la cantidad de actividades que tienen en el cuaderno, como si eso reflejara un proceso de aprendizaje.

“Es un contexto muy difícil y estamos todos tratando de aportar lo mejor y de tomarlo con el mejor humor posible. Tratamos de no sobreexigirnos tampoco y que cumplir con lo que hay que hacer no nos afecte la calidad de vida”, finaliza Vanina.

Vera
Imagen ilustrativa de Laura Sofía Muiños

Florencia Parini es maestra y mamá de dos niñas, una de dos y otra de seis años, para ella “la maternidad en la cuarentena es hermosa porque nos vemos todo el día, pero muy intensa porque con mi pareja trabajamos en casa y tenemos mucho más trabajo que antes, a toda hora. No tenemos horario fijo para trabajar y eso nos complica con las actividades con las nenas, para compartir momentos. Los fines de semana tratamos de no hacer nada laboral para dedicarnos a ellas”.

Entre las tareas de la casa, que se multiplican por estar todo el día adentro, más las tareas escolares, las mamás hacen de maestras, profesoras y psicopedagogas sin título oficial.

Melina Casella, comerciante y mamá de tres hijas (una de cinco años en sala de cinco, una de siete en segundo grado y una de quince en tercer año), cuenta que la cuarentena empezó bien tranqui, en orden, con tareas tranquilas, juegos y cocina conjunta. Lentamente y con el paso de los días  todo se volvió más tedioso: lidiar con tres plataformas de colegio (secundaria, primaria y jardín), no tener tantas computadoras para realizar la cantidad de tareas y trabajos prácticos, las clases por Zoom en horarios distorsionados y la obligación de sentarse al lado de las más chicas para que hagan las cosas.

“Bianca no quiere hacer nada, odia las tareas, Ariana sufre y llora cuando se equivoca”, comenta Melina y continua: “además de mamá tengo que ser la maestra más pedagógica del mundo, para que la nena no se sienta mal cuando no entiende. Juli (de siete años) hace lo que le pinta, total no tiene notas”.

Mucho más que madres

Mariela, directora del espacio “Dulce crianza”, explica que cada familia es un mundo y comenta: “esto es nuevo para todos y todos tuvimos que buscar nuevas herramientas para afrontarlo desde distintos lugares. Hay familias que demandan más y otras que demandan menos. Hay colegios que mandan contenido sin contemplar los cambios emocionales y familiares que se viven”.

Mercedes y Amadeo
Imagen ilustrativa de Laura Sofía Muiños.

También lanza una pregunta: ¿”que hacemos si la escuela manda mucha tarea, respondemos o no a eso?”. Según su criterio considera que cada familia tiene que poder marcar lo que quiere, sus objetivos y también poner sus límites.

Verónica Castillo (ama de casa y mamá de un nene que va a primer grado y de una adolescente de secundaria) comenta que la está pasando mal en la cuarentena: “haciendo tareas con el nene mientras que no soy maestra. No me entiende como le entiende a ella, tampoco entiende que no puede salir, ni festejar su cumpleaños. No me hace caso y está más terrible que nunca”. Verónica se sincera y reconoce: yo también estoy podrida. No puedo salir y lo único que hago es limpiar la casa, hacer la comida y las tareas, es como el cuento de la marmota”.

Paula Bramieri es puericultora, trabaja incentivando, promoviendo y difundiendo los beneficios de la lactancia materna. Además es mamá de un nene de cinco años y confiesa que al principio fue difícil la adaptación porque el nene se angustiaba con la idea de que se enfermen sus seres queridos. El encierro lo angustiaba.

Astor
Imagen ilustrativa de Laura Sofía Muiños

“Ahora está mejor y los momentos de angustia los charlamos en familia”, cuenta Paula y confiesa: “por momentos mi rol de madre se hace pesado por estar las veinticuatro horas en casa. Es mucho lo que recae en las mujeres”

Mariela reflexiona: “hay colegios que no se pueden adaptar a esto. Para las escuelas es difícil también adaptarse a las demandas de cada familia. Hay familias que demandan tarea y otras que prefieren poner el foco en otro lado, no en la parte educativa de los niños por las condiciones que hay ahora”.

La directora entiende que “hay diferentes realidades, hay familias que no tienen Internet todo el tiempo, o los padres trabajan también en la casa, o no tienen para imprimir, entonces no hay que exigirse de más con todo lo que no está pasando. Tenemos que ver cuánto de lo que mandó la escuela es posible que hagamos pero no sobre exigirnos a nosotros ni a los niños con completar toda la tarea si no es la realidad de la casa”.

Y continua: “me parece mejor que cada familia pueda evaluar si ese contenido es pertinente o no, si sus hijos pueden comprender eso que se le está enseñando y centrarse más en la parte emocional de estos niños y niñas que están siendo de los más afectados en este aislamiento”.

Paula Volo es maestra de grado y mama de dos chicas, una de cinco y otra de 17 en quinto año y cuenta: “Es una situación donde se nos presentaron muchas cosas nuevas en la familia. Yo para trabajar desde casa tuve que aprender mucho de tecnología, para dar las clases en esta nueva modalidad. En cuanto a mi relación con mis hijas estamos muy conectadas, por ejemplo con la mas chica, haciendo las tareas que le mandan del jardín, lo mas lindo es hacerlas juntas. Con la más grande hay otro tipo de conexión haciendo. Para ella fue un proceso poder acostumbrarse a trabajar con otro tipo de ayuda de sus profesores, mucha más sola, independiente, y como estoy acá me hace consultas a mí y desde ese lugar estamos mucho más conectadas, me cuenta de sus tareas, me pide ayuda y quizás eso antes no pasaba”.

Magalí Belén Cantoni, madre de tres niños dice que trata de mantener un horario con las comidas para que no se acuesten muy tarde: “trato de organizar pero sin volverme loca. Recién ahora están extrañando salir, hacer las compras, ir a la plaza. También trato de hacer cosas para mi como gimnasia y yoga, porque sino, como y tomo mate todo el día nada mas. Salgo una vez al día como mucho. Entre el Coronavirus y los mosquitos me la paso con lavandina, espirales y alcohol para desinfectar todo. Es complicada esta cuarentena porque como madre no te da mas la cabeza, cuando salgo y me da el sol en la cara digo: ‘¿cuando se termina todo esto?’. Prefiero esperar a que se elimine el virus y todos podamos estar juntos y no falte nadie en la mesa ni en ningún lado”.

Back To Top
×Close search
Search