El genocidio sionista contra el pueblo palestino no es un hecho aislado ni un “conflicto reciente”:…
Disparar por las dudas, encubrir y difundir versiones falsas: las coincidencias entre los casos de Lucas y Diego Cagliero
El caso de Lucas González puso en el centro de la escena el funcionamiento policial. Lejos de ser un hecho aislado, el homicidio forma parte de una larga lista de abusos policiales: Lucas Verón, Facundo Castro, Santiago Maldonado, Luciano Arruga, son solo algunos de los nombres. Según un informe del CELS, en los últimos cinco años la Policía de la Ciudad lleva 121 casos de gatillo fácil. En tanto, en la provincia de Buenos Aires la cifra llega a 533 en el mismo período de tiempo.

Ser “morochito” y llevar gorra. O ir en ojotas, llevar una campera grande y andar en grupo en la calle puede ser indicios suficientes para ser catalogado de delincuente por un efectivo de la metropolitana o bonaerense. Los pobres siempre son sospechosos. Porque sí. Por ser pobres. Tal fue el caso de Lucas, quien tenía 17 años. Su sueño era jugar a la pelota. De hecho salía de entrenar en Barracas Central con unos amigos cuando frenaron con el auto a comprar un jugo, y al salir tres policías de civil en un auto sin identificación abrieron fuego contra ellos.
Zorzal Diario dialogó con Adriana Cagliero, mamá de Diego, quien también fue víctima en 2019 de gatillo fácil, sobre las coincidencias entre el caso de Lucas y su hijo. “No tengo más que hablar de los puntos en común, es como si estuviera reviviendo todo otra vez lo de Diego. Estoy en shock. Nos reconocemos en el dolor de la familia de Lucas”, afirma Adriana.
Diego era músico, compositor, murguero, trabajador, tenía 30 años, y planeaba compartir un asado con los suyos, después de un velorio en el que despidieron a otro amigo. Luego de un entredicho con un guardia de seguridad en un supermercado de Martín Coronado, se inició una persecución policial, que terminó con la vida del joven.
“El primer punto en común es cuando los policías de civil persiguen y amedrentan a Lucas y a sus amigos. Por su aspecto, los prejuzga, y los cataloga de delincuentes. En el caso de Diego, cuando van al mercado y tienen un entredicho con el guardia de seguridad, él también los cataloga, llama a la policía, inventa el uso de armas e inician el trágico recorrido”, señala.

Cuando los amigos de Lucas se acercaron a la policía a pedir ayuda, los efectivos se guiaron por la alerta que tenían y los llevaron detenidos. En ese sentido, Adriana dice respecto a su hijo: “A Diego y sus amigos les pasó lo mismo, iniciaron un operativo a balazos por lo que le había dicho el guardía del mercado”.
Otro común denominador es que en la Capital Federal, donde sucedió el crimen de Lucas, y en Tres de Febrero el de Diego, gobierna Juntos por el Cambio, un espacio que contiene a dirigentes que promueven un discurso de mano dura. En palabras de la mujer: “La derecha alienta a la policía a matar y luego a preguntar. Total ellos después los defienden.”
Adriana también menciona que tanto el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta como Valenzuela hacen política y se jactan que las cámaras de seguridad van a dar protección a la sociedad. “En ambos casos cuando se necesitaban las cámaras para esclarecer lo que había pasado que casualidad no funcionaban”, remarca irónicamente.
En ambos crímenes, la versión oficial indicaba que se trataba de un enfrentamiento y se armó una puesta en escena en función de eso. “Hoy sabemos que a Lucas le pusieron un arma en el auto, y nosotros pudimos conocer gracias al compromiso social de un vecino que mostró el registro de su cámara, que entraban y salían como querían, y mientras Diego estaba muerto en el piso, le sacaron una foto con un arma en la mano para instalar que era un delincuente”. El despliegue de las prácticas de encubrimiento de estas muertes radica en que los policías manejan los primeros momentos de la escena del hecho.

Otra cuestión a la que hace referencia es que es una cuestión azarosa que los amigos de Lucas y los de Diego no hayan muerto, porque en cada episodio hubo una balacera de más de diez tiros.
En un primer momento, la cobertura mediática del asesinato de Lucas avaló la versión oficial en donde se intentó instalar que se habia dado un enfrentamiento. La movilización de la familia pudo demostrar que fue otro caso de gatillo fácil. Con Diego también se habló en un principio de un enfrentamiento, y el intendente Valenzuela salió vía redes sociales a felicitar por el accionar policial y nunca se retractó. En este sentido, la madre del joven afirma: “Al día de hoy, los medios locales de Tres de Febrero no hablan del caso de Diego porque reciben la pauta del municipio.”
Los casos, advierte Adriana, son un espejo “porque es un modo de operación, y entre ellos se defienden. Fíjate que no van presos los policías, o los separan, o los ponen en una prisión preventiva. Nosotros tuvimos que pedir que por favor intervinieran porque sabemos que la policía se desaparece así misma, porque son facilitadores y encubridores”.

Un grupo numeroso de personas y organizaciones pusieron el cuerpo este lunes a las 19 para que el reclamo se escuche en los Tribunales. En ese sentido queda claro que las familias de las víctimas de la violencia institucional no van a quedarse de brazos cruzados esprando que haya justicia.