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A dos años del crimen, recordaron a Zaira con una caravana de vehículos y una charla abierta
Familiares, amigos y vecinos de Zaira Ailén Rodríguez (21), la piloto de karting asesinada en un intento de robo, realizaron una caravana vehicular la tarde del martes por el centro de Villa Ballester para recordar a la joven. También aprovecharon la manifestación para pedir justicia y más seguridad. Luego, con los protocolos correspondientes, tuvo lugar una charla abierta con la presencia de autoridades municipales y familiares de víctimas.

Antes del comienzo de la marcha, Zorzal Diario dialogó con Claudio Rodríguez, el papá de la joven, quien señaló que la caravana de autos se pensó en honor a la pasión por los “fierros” que tenía Zaira, y aseguró que la pérdida de su hija “mató a toda la familia”. Sobre el estado de la causa, sostuvo que “el juicio iba a comenzar el 25 de marzo, pero el debate oral se pospuso por la pandemia”, y se manifestó expectante a “tener novedades pronto”.
El encuentro, que comenzó cerca de las 17.30, tuvo lugar en la intersección de las calles Lamadrid y Sarmiento, del barrio Villa Ballester, en la puerta de la casa de Zaira, donde ocurrió el trágico hecho. Un camión de bomberos y una camioneta de la municipalidad encabezaron la marcha por las calles del centro de la localidad. En los autos de la extensa caravana se observaron banderas flameando con la imagen de Zaira, y el pedido de Justicia se hizo escuchar durante todo el recorrido a través del incesante ruido de las bocinas.
Tras la movilización, alrededor de las 19, los asistentes se volvieron a concentrar en la puerta de Sarmiento 5921 para realizar una charla abierta sobre seguridad. Además de familiares, amigos y vecinos, estuvieron presentes el jefe comunal, Fernando Moreira, y el presidente del Concejo Deliberante de San Martín, Diego Perrella. También participaron otros familiares de víctimas como las mamás de Ángeles Rawson, de Araceli Funes y de Carolina Píparo.
En el comienzo de la charla, el papá de Zaira tomó la palabra y agradeció el trabajo de la policía, que pudo detener rápidamente a los autores del crimen. También resaltó el apoyo del intendente de aquel entonces, Gabriel Katopodis, quien los ayudó a armar la agrupación “Fortalecidos por el dolor.”
Su discurso continuó con un tono un poco más incisivo: “Al gobierno de la provincia de Buenos Aires y a la gestión local les quiero decir que nos deben mucho con el tema de seguridad. Queremos un San Martín distinto, tenemos una policía que está en silla de ruedas: no tiene vehículos, no tiene gente, no tiene papeles. Nos tienen que brindar más seguridad porque para eso pagamos nuestros impuestos.”
En esta línea, remarcó que desde su agrupación buscan ser “guardianes y custodios de cómo funcionan las cosas”, y que su misión es “asegurar el ejercicio de los derechos constitucionales, el desarrollo de las políticas de justicia y la asistencia a las víctimas”.
“Mi hija tenía apenas 21 años, toda la vida por delante, una carrera, una vida hermosa. Y te la vienen a arrebatar así”, pronunció durante la charla Sandra, la mamá de la joven, quien durante el encuentro insistió en que el gobierno debe invertir más en seguridad.
El caso
El crimen de Zaira Ailén Rodríguez ocurrió el 10 de noviembre de 2018 a las 21.30, en el cruce de las calles Lamadrid y Sarmiento. La corredora de karting estaba con su novio a bordo de un Volkswagen Gol Trend blanco, estacionado frente a la casa de ella. Repentinamente, dos sujetos a bordo de una moto se acercaron a la pareja con el fin de robarles. Cuando uno de ellos los amenazó con un arma de fuego, el novio de Zaira arrancó a toda velocidad y embistió la moto. Ante esta reacción, uno de los asaltantes comenzó a disparar contra el auto y Zaira recibió un tiro en la cabeza, herida que le produjo la muerte cuando llegó al Hospital Municipal Diego Thompson.
A través de las cámaras de seguridad del municipio, la policía identificó la moto por su patente y llegó a la casa de los agresores: los hermanos Murray. El padre de ambos colaboró con los efectivos y entregó a su hijo Pablo, quien confesó ser el autor del crimen. Por su parte, Gastón, el otro hermano, fue capturado ocho días después del homicidio.