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A UN AÑO DEL ASESINATO DE RODRIGO CORREA

Rodrigo Alejandro Correa tenía 14 años cuando el 17 de julio de 2017 fue asesinado de un tiro en la nuca por el oficial de la Policía Bonaerense, Hugo Daniel Pos, en el partido de San Martín. En el barrio los vecinos recuerdan las piruetas que hacía con su bicicleta. El 9 de octubre comenzará el juicio por jurado ante el Tribunal en los Criminal N° 4 de San Martín.

Era martes y a las 21:30 Rodrigo regresaba a su casa junto a dos amigos. En la esquina de Ocampo y José Hernández se cruzaron con dos jóvenes que iban hacia ellos corriendo y un policía que los seguía a punta de pistola. Una vecina contó que vio cómo Rodrigo se quedó paralizado. El agente vació el cargador de su arma reglamentaria y una de las balas impactó en la nuca del menor.

“Estando fuera de horario de servicio, con su arma reglamentaria, el policía Hugo Pos abrió fuego de manera criminal contra Correa y otros chicos que estaban con él. No hay dudas que el clima de época, el discurso bélico imperante, contribuye en la existencia de este tipo de actuar. El juicio oral que empieza en octubre no devolverá la vida de Rodrigo, pero es la instancia que hoy se da la sociedad para reparar y llevar justicia a la familia, y asimismo condenar este tipo de actuar que atenta contra el conjunto de la sociedad, contra la vida civilizada”, destacó el abogado de la familia Nahuel Berguier.

Las primeras noticias que se refirieron al hecho en grandes medios hablaban de que su hijo era un “delincuente”. Su madre lo lamentó: “Con qué necesidad hablan así y demonizan a un niño. Esas personas no saben ni se imaginan quién fue Rodri. Él sólo quería andar en su bicicleta y hacer ‘willy’ sin parar. Mi hijo no era un chorro”.

Rodrigo murió en el acto, mientras que los dos jóvenes que escapaban del policía –uno de 14 y otro de 16– también fueron heridos, y quedaron internados en el Hospital Castex. Ambos están imputados por el robo calificado por el uso de arma, en poblado y en banda, aunque la supuesta arma de los jóvenes no fue secuestrada. Según Pos, “al menos cinco adolescentes” lo quisieron asaltar “con un arma de fuego”, y le pidieron “que les entregue sus pertenecías”. La única pistola secuestrada en la escena fue la suya de policía (además de los casquillos calibre 9 milímetros). Pos quedó imputado de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego contra Rodrigo, y la tentativa en perjuicio de los jóvenes internados. Se encontraron en el lugar 16 vainas: todas de su arma reglamentaria.

 

Por Vanina Pasik

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