El genocidio sionista contra el pueblo palestino no es un hecho aislado ni un “conflicto reciente”:…
Delia Giovanola: Nace una leyenda
Esta tarde se despidieron los restos de Delia Giovanola en el hall central de la Municipalidad de San Martín. En el velorio que se desarrolló desde las 15 hasta las 19 horas, estuvieron presentes Martín, su nieto recuperado, familiares, madres de Plaza de Mayo y personalidades de la política local. Además, numerosos vecinos y vecinas del distrito asistieron para darle el último adiós.
A los 96 años, durmiendo en su cama caliente, y desde el año 2015 con la tranquilidad de haber cumplido su misión se encontrar a su nieto Martín, después de 39 años de búsqueda, murió Delia. Llena de vitalidad, graciosa, espontánea, de convicciones firmes. Así era la última de las doce abuelas fundadoras que quedaba con vida.
En una plaza como la que supo caminar, donde aprendió y enseñó a reclamar Justicia, un centenar de personas se acercaron para despedirla. “Gracias por la enseñanza de lucha inclaudicable”, decía en uno de los tantos mensajes exhibidos en una cuerda lateral a la puerta de entrada del municipio. Al ingresar al hall, se podían ver decenas de coronas de flores y una foto de ella colocada al lado del féretro. Sentadas a su lado, estaban dos madres de Plaza de Mayo.

Zorzal Diario dialogó con Silvia Villa de Inveraldi, la autora de “La lucha que la parió” y sobrina de Delia, quien expresó muy emocionada: “Se ha ido una mujer luchadora, militante de la memoria, la verdad, la justicia y la alegría.”
Y continuó: “Quisiera que la recuerden riéndose, diciendo alguna que otra mala palabra, y por su lucha, que la dió hasta el última día, porque no se conformó con que apareciera su nieto, luchó para que aparezcan todos los nietos que faltan.”
Durante la tarde pasaron diferentes personalidades de la política como Fernando Moreira, Diego Perrela, Nancy Cappelloni, Andrés Petrillo, Leonardo Grosso, y Gabriel Katopodis.
Lucía, una joven de 24 años, habló con este medio y contó: “Yo la conocí cuando fue a dar una charla en el colegio La Salle un 24 de marzo. Quedé admirada de como ella, como tantas otras madres, salieron en esa época de su casa para enfrentar a un estado represivo. Recorrió hospitales, caminó juzgados, se atrevió a ir a comisarías y cuarteles. Es un ejemplo de amor y coraje.”
Una nena de alrededor de siete años le preguntó a su mamá quien había sido la mujer fallecida, y su mamá le respondió: “Había una vez una mujer que era maestra…”