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Educación sexual para decidir
Por estos días hay una mezcla de noticias y debates acerca de la educación sexual de las y los jóvenes. Esto desemboca del gran problema que ha pintado las calles con pañuelos verdes, carteles y voces unidas que gritan: “¡Aborto legal para no morir!”.
Existe una dicotomía social, ante un tema que puede afectar o beneficiar a la salud de una sociedad. Las múltiples teorías acerca del aborto se propagaron como una infección en la cabeza de los argentinos. Esto, debido a la gran desinformación previa que genera rechazo ante la posibilidad de decisión de la mujer de abortar. Las grandes movilizaciones comandadas por los organismos feministas buscan derribar las teorías conservadoras y dar prioridad al bienestar de la población femenina.
El debate social, encaminado de forma masiva en las redes sociales, ha abierto los ojos a grandes baches que existen alrededor de la sexualidad. El miedo de educar sexualmente por parte de los padres y del aparato educativo, ha generado una ignorancia que traspasa generaciones y hace que el tabù, le gane a la salud.
Desde el año 2006, se sanciono la ley 26.510 de “Educación sexual integral”, la cual establece un derecho hacia el alumnado desde la educación inicial primaria, hasta la terciaria, tanto en el ámbito público y privado. Esta ley promueve la equidad entre los individuos de una sociedad, mejora la salud mental, física y emocional. La principal barrera de esta ley, es el incumplimiento de la misma, por la negativa de los padres en algunos casos y la desinformación de los docentes por otro.
Un dato que refuerza el incumplimiento de la ley antes mencionada, es un estudio realizado por UNICEF en el año 2017. En esta encuesta se evidencia la disconformidad de la educación sexual recibida en los colegios, por parte de los jóvenes. En su gran mayoría, estos acusan una falta de compromiso docente, dando capacitación sobre la reproducción y no sobre los cuidados, tanto anticonceptivos, como de prevención de enfermedades.
A raíz de esta causa que parece no avanzar a pesar de la sanción legislativa, nos hacemos las siguientes preguntas.
¿Quién es el responsable de que esta ley se lleve a cabo?
La ley da derecho a los niños y adolescentes a recibir una educación trascendental en su etapa de iniciación en las relaciones sexuales. Sin embargo, la falta de capacitación docente para abordar el tema, se convierte en la primera falencia estatal, que genera una base tambaleante ante una necesidad latente en nuestros días.
¿Cuál es el rol de los padres ante esta Ley?
En varias entrevistas y charlas con docentes, se muestra una negativa de parte de los padres ante la posibilidad de una educación sexual completa y temprana en el inicio de la adolescencia. La burocracia que encuadra el tema, les permite a los tutores decidir sobre la educación o no de sus pupilos. Ahí, es donde se produce un hueco que no le permite tener las mismas posibilidades a cada uno.
Es importante pensar en realizar un programa de capacitación para docentes y padres. Obligatorio y gratuito. Una forma de atacar la ignorancia sexual acumulada durante varias décadas y que cada vez genera mayores estragos sociales y perjudica en mayor medida a las clases sociales más vulnerables.
Por Priscila Masch