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Espacios cumple 25 años: “Carnicerías habia muchas, espacios culturales no”
El Centro Cultural Espacios cumplió 25 años de trayectoria en Villa Ballester. De gestión independiente, se convirtió en un faro de la cultura autogestiva en el conurbano bonaerense. Omar Álvarez junto a su hermano gemelo Claudio, Silvia Biscione y Laura Malagón iniciaron el camino un 24 de junio de 1997.
Actualmente la localidad de Villa Ballester es un polo cultural donde conviven distintos espacios y colectivos de artistas, que interactúan y dialogan con la comunidad del barrio. Pero la historia era muy distinta hace 25 años, cuando en la calle Witcomb 2623 surgió “Espacios”.
“Si bien había algunos organismos como orquestas, la escuela de artes visuales y el conservatorio de música, no estaba activa en la vida cotidiana de la comunidad la actividad cultural. Era tanto lo que faltaba que la motivación inicial como artistas del barrio fue hacer lo que no hay. Llenar ese vacío”, cuenta Omar Álvarez en diálogo con Zorzal Diario.

Los hermanos Álvarez eran titiriteros y junto a Silvia Biscione y Laura Malagón iniciaron la aventura de conformar el Centro Cultural Espacios: “La historia, la vida de la comunidad y la política lo atravesaba todo el tiempo. Espacios se empezó a construir en épocas de hiperinflación, pasó el menemismo… eso es un montón. Pasó el 2001, la década ganada y la década perdida (risas)”, recuerdan sobre el camino recorrido.
La crisis permanentes de Argentina, atravesaron al Centro Cultural Espacios y fueron parte del armado del lugar: “Cuando estaban los créditos del trueque, durante más de un año la gente que venia pagaba su cuota o la entrada con esos créditos. Nosotros los usábamos para hacer el mantenimiento del lugar: comprar la pintura y la madera en el mercado del trueque y pagarle a las personas que trabajaban”.
La casa de “Espacios”, donde se realizan las funciones y los talleres, antes fue la casa de la abuela de Silvia Biscione. Allí también funcionó una carnicería y fue un lugar que albergaba a jóvenes de distintos puntos del país. “La abuela Josefina le cocinaba a esa gente del interior. Siempre había una cosa de encuentros, siempre la mesa era compartida. Fue una cuestión de identidad de este lugar y del barrio. Todo el mundo venía a parar acá. Nosotros, a fines de los 80, pensábamos que acá se podía hacer un espacio para la cultura porque carnicerías había muchas y espacios culturales no”.
Omar Álvarez afirma que en 25 años ha evolucionado el rol del Estado municipal en lo que respecta a la cultura. “Hay una enorme evolución. Más allá de que hace muchos años hay una misma línea política, creo que la oposición misma tendría que tener una actitud diferente para con la cultura (si fueran gobierno) porque hay algo que las gestiones han cambiado, un paradigma que cambió de que la cultura es importante”.
Omar piensa que San Martín fue una isla durante el macrismo, porque se propició y cuido mucho la cultura: “Muchas cosas que pudimos hacer fue porque hubo una decisión política de sostener en medio de la devastación, pero con eso no alcanza. Hay un trabajo de organización, de poner proyectos y convocar. Hacer que el otro lo vaya entendiendo. A veces, es la estrategia del caracol, casi sin que se den cuenta, hasta que tomen conciencia”.
El Centro Cultural Espacios, desde su fundación promueve las propuestas artísticas de calidad. Álvarez lo piensa como un legado que deja el espacio: “En la producción artística nosotros hemos buscado que lo poético esté hecho en serio, romper el prejuicio que tiene el Conurbano de que es menor que la Ciudad. Lo que hacemos tiene que ser de altos niveles de calidad. Esto de la identidad conurbana es algo que me interesa mucho en calidad”, apunta.

Por último, recordó a su hermano gemelo Claudio Álvarez: “Mi hermano hace diez años murió. A mi me afectó muchísimo y recordar siempre que si no hubiese estado, no estaría Espacios. Fue muchísimo de esta identidad de las búsquedas artísticas y de la superación. También, cuando Claudio se fue apareció el barrio, los actores culturales independientes del barrio, aparecieron para que yo me pueda volver a subir a un escenario a ensayar”, rememora.
Además, habló sobre el rol de Silvia Biscione en Espacios, quien además es su pareja: “Silvia es una tremenda gestora y es la que hace un bordado fino en las relaciones con las personas porque conoce a los pibes y a sus familias, los acerca y está tremendamente atenta. Es el alma. Es ese detalle que habla de esencia”, finalizó.