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FestiMigrantas: “El arte es una herramienta que libera”

El viernes 25 de marzo se realizó un encuentro dentro del marco del FestiMigrantas en el Museo Carnacini, ubicado en la calle Pueyrredón 2720, en Villa Ballester, partido de San Martin. El encuentro contó con un taller de rap a cargo del rapero Ariel “Patón” Arguello, en el que participaron jóvenes con aspiraciones musicales que se divirtieron aprendiendo y haciendo ellos mismos improvisaciones de freestyle.

Patón dio un recorrido por la historia del rap, hip hop y trap, mientras alentaba a los chicos que a perseguir sus sueños. “El que quiera hacer rap no la quede, yo tengo 44 años y todavía tengo sueños por cumplir”, relató, ante la mirada atenta de los preentes. Arguello también se explayó sobre como el rap lo ayudó en sus peores momentos y esa forma que tiene este estilo musical, de hablar y expresar lo que a uno le pasa es sanadora en momentos de estrés. “Cuando la policía me pegaba lo único que yo podía hacer y que me ayudaba era gritar, decir en palabras lo que me estaba pasando”, señaló.

Patón estuvo 18 años preso de su libertad ambulatoria y hace varios años está libre. En la Unidad Penal 48 de máxima seguridad de José León Suarez, la Universidad Nacional de San Martin armó un proyecto de formación educativa para los presos mediante el Centro Universitario de San Martin (CUSAM). El Patón aprovechó esto para estudiar la carrera de Sociología y Trabajo social y formar una banda musical. Con dicha banda presentó su primer disco: Rimas de Alto Calibre. Este disco tuvo un tema presentado en MTV y contó con la participación de reconocidos artistas musicales como lo son Sergio Dawi (ex saxofonista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota), Andrea Prodan, Alejo Ferrero (trombonista y percusionista de la banda Las Pelotas) y Miss Bolivia, entre otros.  

Luego hubo un interesante recorrido de las muestras que hicieron las mujeres que participaron de los talleres a cargo de Migrantas, en los que participó la Biblioteca popular de La Carcova, el merendero Un día de juegos, Nena Goza y Mesa Reconquista. Las muestras contaron de dos salones y una cocina. Un salón dedicado a la muestra: Venus(es) del Reconquista: muñecas de arcilla que reflejan sus propios cuerpos libres de prejuicios, que además de reflejar sus cuerpos orgullosas de lo imperfecto, reflejan sus sueños, y así las Venus se van transformando en obras de arte que también son momentos de encuentros entre mujeres que se organizan y luchan. También el salón contó con un hermoso poema de Nancy Salvatierras sobre las mujeres, y con fotos de los talleres.

El otro salón presentaba el libro Pohá Ñana – Crónicas de plantas medicinales del Paraguay. Libro escrito en el proceso educativo llevado adelante en la Escuela de Adultos de la Capilla San Blas, en el barrio Eucalipto de José León Suarez, en 2019. En dicho salón colgaban del techo las distintas plantas curativas que usan las mujeres del Paraguay que migraron a la Argentina. Con y audios relatos de sus saberes sobre el trabajo rural, de la tierra, de los beneficios de las plantas y hasta de sus propias vivencias.

La cocina, recreada con un gusto exquisito, representa el lugar donde las mujeres tienen la oportunidad de contarse sus angustias, sus tristezas y alegrías, y pasarse sus saberes porque en la cocina es donde se intercambian recetas, cuenta Alejandra, profesora de teatro y guía en el recorrido de los salones del evento. Ella explica que además la cocina representa el trabajo constante que requiere cocinar para los que menos tienen. “Sobre todo en la cuarenta, la olla popular hizo posible que muchas personas coman”, explica Alejandra, y continúa: “En ese encuentro me entero de qué pasa con las otras familias, qué necesitan, y así se tejen redes para que con poquito coman muchos, ese es el valor que tiene la cocina”. Con el título “Las manos en la masa y el oído en la compañera”, en el Barrio Sarmiento, las mujeres migrantas llevan adelante la Cocina Comunitaria en el Centro Cultural Los Amigxs. Allí además de cocinar aprovechan esos momentos para encontrarse, apoyarse, asesorarse sobre distintos temas entre los cuales uno fundamental es la violencia de genero.

Otro taller que tuvo lugar fue el llevado a cabo por el colectivo Todos somos otros, organización que comenzó como un taller dentro de la cárcel. Hoy en día los integrantes se encuentran en libertad menos uno que sigue detenido. Renzo (profesor de fotografía y ex convicto), explica que el nombre de la agrupación se explica en sí mismo, la idea es ponerse en el lugar del otro, empatizar con el otro y aprender a reflejar los sentimientos y emociones a través del arte. “Por medio de la fotografía encontramos la manera de expresar lo que nos pasa de una manera no violenta”, sostiene, y reflexiona: “En un contexto de encierro para uno es muy difícil expresarse de manera libre porque estas muy limitado, y a través de la fotografía nos dimos cuenta de que el arte es una herramienta que libera, que transforma. Hay muchos chicos que no saben leer ni escribir, pero saben usar una máquina de fotografía. Entonces el arte es una herramienta que te va transformando más allá de la educación que tengas, atraviesa todas las barreras. Yo transformé mi vida gracias al arte”.

Renzo explica que cuando salen de la carcel la sociedad les da la espalda y es casi imposible conseguir trabajo. “Nuestro lema es: ya pagué mis penas con la justicia, ahora me falta mi condena social. Y la fotografía es una herramienta de manifestar lo que está pasando”, afirma. Antecedentes penales es un proyecto que trata sobre todo esto. En las fotos se puede ver el ahogo que sienten las personas, que una vez “afuera” ven como se les cierra una a una las puertas laborales y sociales.

Al salir de estas diversas exposiciones y charlas, escaleras arriba se podía ver la exposición de fotos Antecedentes penales y un rincón dedicado a Diego Duarte, donde días atrás se realizó un “juicio popular” en su memoria. Diego era un joven reciclador de tan solo 15 años, que el 15 de marzo del 2004  desapareció en el predio del CEAMSE de José León Suarez.

Fotografía: Evelyn Schonfeld

Para finalizar tocaron dos bandas. La primera fue Sale 500, que dio un gran show y compartió escenario con algunos de los integrantes del taller de rap y luego tocó otra banda de rap para así dar por terminada un intensa y consciente fecha dentro de este festival. Sale 500 es una banda multigénero formada por estudiantes de la carrera de Sociología y Trabajo Social en CUSAM.

Migrantas es una organización de mujeres trabajadoras que migraron a la Argentina y que residen en la cuenca baja del rio Reconquista. La cuenca de dicho rio abarca 18 partidos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y de zonas rurales cercanas.

Este domingo 3 de abril, a las 16 se realizará el cierre de este gran festival, en el mismo Museo Carnacini. La fecha será un final a todas luces, con música en vivo, demostraciones de danzas, talleres, ferias, entre otras actividades.

Fotografía: Evelyn Schonfeld

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