“Hoy es el día más feliz de mi vida”
Bastian, Titi, para sus familiares y amigos, es un nene de seis años de la localidad de Sáenz Peña que sufre desde que nació una cardiopatía congénita llamada Atresia pulmonar con CIV más colaterales. Los médicos le advirtieron a Gisela, la mamá del menor, que la entrada del Coronavirus en su casa sería una sentencia de muerte para su hijo. Por eso desde que se inició la cuarentena están en un aislamiento y encierro total. El último miércoles, después de ocho meses sin que le dé el sol y el viento en la cara, con permiso de los doctores y con todos los recaudos, salieron a caminar cuarenta minutos por su barrio.

Si bien, Gisela junto a otros familiares de personas de riesgo, le pidieron a las autoridades del partido de Tres de Febrero, que se autorice una franja horaria para que las personas con patologías severas puedan circular de manera segura, no tuvieron ninguna respuesta concreta. A través de un proyecto, buscan visibilizar la iniciativa y generar conciencia en la comunidad.
“Hoy es el día más feliz de mi vida me dijo Bastian”, contó Gisela en diálogo con Zorzal diario. Con doble barbijo y todas las indicaciones para que no toque nada, ni se lleve las manos en la cara, hicieron una caminata de cuarenta minutos. “Dimos unas vueltas por los alrededores de casa, al principio estuvo un poco temeroso. Fue muy obediente, estaba emocionado y feliz”, detalló.
Gisela aseguró que los cuidados que debe tener la familia del pequeño son extremos. En relación a esto sostuvo: “Hoy Bastian dentro de lo complejo que es su cuadro de salud, está bien. Tiene un seguimiento virtual con los doctores, ya que ir a un control sería muy riesgoso, el virus no le daría tregua a mi hijo. Contraté una vecina para que haga las compras. Toda esta situación de incertidumbre y angustia me trajo problemas de salud. En días, debo realizarme un electrocardiograma. Para que mi mamá pueda quedarse con los chicos, está hace una semana aislada en un departamento y ahora fue sometida a un hisopado”, indicó.
Cuenta que su hijo nació con una cardiopatía muy rara por la que ya fue sometido a siete operaciones muy delicadas. Explica que tiene un agujero entre los dos ventrículos del corazón, y que sus dos ramas pulmonares eran atróficas, casi inexistentes.
La última operación que le realizaron fue en Noviembre de 2019, en la cual le armaron todo el árbol pulmonar. La operación pudo llevarse a cabo pese a la constante renuencia y dilatación de los tiempos que puso la obra social Osecac para cubrir el tratamiento. Luego de una larga lucha, un fallo judicial obligó a autorizar esta intervención quirúrgica que necesitaba el menor en la Fundación Favaloro. Este año iba a entrar a dos quirófanos más, pero con la pandemia quedó todo suspendido.
Bastian es hiperactivo, charlatán, fanático de Racing y le encanta jugar a que es un superhéroe y en verdad lo es: por las siete batallas ganadas en el quirófano. En el medio, la victoria ante los villanos de la obra social que no le querían autorizar una operación crucial para su vida, y ahora una lucha contra la falta de solidaridad y empatía de las autoridades políticas que conociendo su caso no dan lugar al pedido para que tenga espacio de recreación, como lo tiene cualquier nene de su edad.

