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Kuña Guapa: Las “malas víctimas” tienen quien las escuche
El Estado no llega caminando hasta la puerta de tu casa. Las promotoras sí. Todos los días y a toda hora, la organización social y comunitaria es quien intenta dar respuesta. Las mujeres cis, lesbianas travestis y trans en situaciones de consumo problematico son atendidas de manera integral en La Casa Kuña Guapa, que presentó un informe basado en los 415 abordajes multiagenciales, que acompaña con un equipo de 50 trabajadoras de forma sostenida en el tiempo.
Esta “casa de atención y acompañamiento comunitario” lleva adelante estos abordajes y además elabora análisis, con mesas de equipos interdisciplinarios, que elaboran estrategias singulares para cada persona. El acompañamiento se sostiene en el tiempo para generar un puente cada vez más aceitado con las instituciones del Estado. Acercar derechos, atender urgencias y diseñar estrategias que den mejores resultados es parte de lo que realmente implica para las promotoras territoriales, llegar a tiempo.

¿Cómo se define “situación de calle”? Con esto tiene que ver una de las conclusiones más llamativas que expresó con un nutrido informe el equipo de trabajo de “Kuña Guapa”, que realizó un evento para compartir sus reflexiones y conclusiones. Destacaron, sobre todo, la necesidad de ser protagonistas en la construcción de la información, sistematizada desde la práctica, y se reivindicaron “protagonistas” a la hora de diseñar políticas públicas y mejorar las existentes.
Los abordajes que llevan adelante se especializan en las particularidades de las trayectorias de las mujeres lesbianas travestis y trans en situación de consumo problemático, desde una perspectiva de género, en San Martín.
El informe “Aportes comunitarios para la construcción de proyectos de vida integrales” fue presentado el pasado jueves en la Universidad de San Martín, y analiza distintas variables sobre los 415 acompañamientos que este dispositivo abordó desde el último cuatrimestre del 2020 hasta el primero del 2022. También busca generar información estadística y accesible, que contribuya al diseño y monitoreo de políticas públicas. “Este informe es reflejo del trabajo que realizamos día a día las protagonistas, las sobrevivientes, las que consumimos y las que padecemos violencias. Nos organizamos, y a partir de nuestra intervención, transformamos nuestra realidad y la de nuestra comunidad”, abre la presentación.
La socióloga Denise Fiquepron, egresada de la UNSAM y parte del colectivo que gestiona la casa Kuña Guapa, resaltó que “La información construida aquí es el saldo de lo que implicó diseñar un instrumento de registro de situaciones estandarizado y semiestructurado que nos sirvió para relevar y dar cuenta de la realidad de las personas que acompañamos como Kuña Guapa: sus recorridos previos por las instituciones, el tipo de situación que las convoca a acercarse y sus características socio-demográficas”.
El dispositivo ubicado en Costa Esperanza, cuenta con más de cincuenta trabajadoras que abordan las diferentes demandas de la población atendida. En esta etapa, las trabajadoras lograron duplicar la media de acompañamientos por cuatrimestre en relación al período anterior (2017-2020). “Y por el mismo sueldo”, expresó Fiquepron, como trabajadora de la Casa Kuña Guapa.
Del total de los acompañamientos por situaciones de consumo problemático, se evidencia que un 23,7% había realizado un tratamiento previo antes de llegar al dispositivo, muchas veces con perspectivas que les dejaron una sensación culpa y de no poder. Sobre el abordaje de las situaciones de violencia de género, un 58,5% de las personas que se acompañaron, también había realizado alguna acción previa a acercarse al Kuña Guapa, ya sea en dispositivos municipales o comisarías. Por eso Kuña Guapa se propone realizar acompañamientos integrales y sostenidos en el tiempo, acompañando en red con las organizaciones de la comunidad.
Dentro de la caracterización socio demográfica expresada en el trabajo estadístico, más del 84% de los casos abordados son del Área Reconquista de San Martín, entre la Avenida Márquez y el Camino del Buen Ayre.
Asimismo, el 65% de las mujeres y feminidades acompañadas por el dispositivo, son sostén único del hogar. Este frío número se vuelve preocupante cuando vemos que de las mismas, el 67% se encuentran desocupadas. Restando a esta franja de personas que se auto definen como “desocupadas”, se pudo determinar también que el 86% trabaja dentro de la economía popular.
Otros datos llamativos que arroja este informe son, por un lado, que de los abordajes por situaciones de consumo problemático, la situación habitacional más frecuente es que dichas personas se encuentren en situación de calle, y muestran una informalidad y precariedad acuciante a la hora de acceder a la vivienda.
Por otro lado, y no menos importante, es que de todos los acompañamientos, nueve de cada diez personas no tienen cobertura médica. En este sentido, garantizar el acceso a la salud en términos integrales implica gran parte del trabajo de las operadoras y promotoras de Kuña Guapa, que gestionan turnos con diferentes especialistas en los centros de salud de la zona.
LA TRANSVERSALIDAD: Consumos problemáticos desde una perspectiva de género.
La casa de atención y acompañamiento comunitario (CAAC-Sedronar) se propuso desde el comienzo brindar también un abordaje a las situaciones de violencia, ya que es una cuestión que se entrecruza frecuentemente en los relatos de las personas que se acercan.
“Si bien sabemos que la violencia por motivos de género y los consumos problemáticos de sustancias psicoactivas son cuestiones que deben ser abordadas en lo específico, pensarnos como dispositivo integral nos convoca a diseñar estrategias que den respuesta a las diversas problemáticas que atraviesan nuestra población destinataria. Es recurrente (aunque no siempre se vinculan en sí) observar en los testimonios de las vecinas que se acercan por una situación de consumo problemático que en su relato se desprendan reiteradas situaciones de violencia”, plantea el colectivo.
Los motivos y las situaciones que atraviesan las personas que se acercan al dispositivo, son variadas. Las trabajadoras del Kuña Guapa realizan acciones diversas para abordar de manera integral a todas las personas. Por esto mismo se puede ver en el informe que las principales acciones que llevaron adelante fue en articulación con otros dispositivos como el Centro de Acceso a la Justicia de Nación, Centros de Salud provinciales y municipales, asesoramiento para realizar trámites para regularizar sus documentos, por ejemplo. El acceso al DNI resulta fundamental, ya que es un requisito básico para el acceso a cualquier otro derecho. En algunos casos, las trabajadoras del Kuña Guapa acompañaron a realizar denuncias, y solicitaron medidas de protección a la Justicia en casos necesarios.
También brindaron asesoramiento y trámites en cuestiones de seguridad social, para lo cual contaron con la itinerancia de ANSES, y en articulación con organizaciones y redes comunitarias lograron garantizar la asistencia con vestimenta o alimentos.
Para terminar, remarcaron que en muchos casos el éxito o fracaso del abordaje se determina en la capacidad para destrabar cuestiones logísticas que obstaculizan el recorrido por diversos trámites que atraviesan cotidianeidad de las personas que acompañan: solicitar turnos web, gestionar la carga de una tarjeta SUBE o el pago de remises para el traslado, garantizar una vacante escolar, en centros juveniles o de primera infancia para el cuidado de les hijes de todas las edades, solicitar turnos en salitas, etc.
Saber es poder: Tres ideas finales
- En sus consideraciones finales, el informe Kuña Guapa ofrece una reflexión sobre la utilización de estos registros realizados a partir del trabajo cotidiano. Generar aportes desde una perspectiva comunitaria, territorial y transfeminista, propicia para seguir repensando los abordajes, para construir mejores políticas públicas, es el fin último del trabajo y su presentación.
- Se requiere de “una mirada menos punitivista”, porque “solo así se puede lograr que la problemática sea tratada socialmente de una manera colectiva, que se vuelva permeable a nuevos debates, criterios y enfoques”. Mucho más necesario que buscar culpables y aplicar penas, resulta construir una asistencia integral para quienes padecen estas situaciones, fortaleciendo los dispositivos territoriales que son de cercanía para la comunidad, para prevenir y promover pautas de cuidados que permitan a cada persona la toma de decisiones informadas, la planificación y la autonomía.
- La perspectiva de género es central para poder comprender con verdadera empatía las trayectorias vitales de quiénes se acercan al Kuña Guapa buscando un punto de apoyo. “Estamos convencidas que no hay posibilidad de pensar y llevar a cabo proyectos de vida dignos sin ocuparnos de todas estas aristas que componen la vida de las personas y que es desde esta interseccionalidad que lograremos comunidades que cuiden e integren cada vez un poco más”.

