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La Justicia prohibió el trigo transgénico HB4 en todo el territorio bonaerense
La resolución se dio a partir de un recurso de amparo presentado por productores agroecológicos, organizaciones socioambientales y pueblos indígenas. El Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil Nº 2 de Mar del Plata a cargo del juez Néstor Salas ordenó la “prohibición temporal” del uso y liberación del trigo HB4 que desarrolla la empresa Bioceres.
La medida cautelar, firmada el 1° de julio, deja en evidencia que el trigo transgénico genera un “daño grave e irreversible” en la salud de las personas y el ambiente. Esto se refiere sobre todo a los agroquímicos utilizados para el cultivo de esta nueva semilla transgénica: el glufosinato de amonio, un herbicida más tóxico que el glifosato utilizado en la soja transgénica.

“Si se libera el material en territorio bonaerense, siendo éste el primer evento genético que se aplicará a la semilla de trigo, podrá importar el cruzamiento del material con trigo no modificado genéticamente de forma irreversible”, advierte Salas. Su decisión esta fundamentada en un documento de la Comisión Nacional de Biotecnología (Conabia) que detalla “la potencial transferencia horizontal o intercambio de genes” entre el trigo transgénico y las demás semillas de trigo.
El juez exige que la Comisión de Biotecnología y Bioseguridad Agropecuaria de la Provincia se ponga en funcionamiento. Este hecho tendría que haber sucedido hace más de 20 años, cuando se aprobó la Ley 12.822. A pesar de esto ningún gobierno reglamentó la norma ni conformó la comisión.
El juez Salas establece la suspensión del trigo transgénico hasta tanto esa comisión se constituya e informe sobre los riesgos del trigo HB4. Algunas preguntas que cita de la fundamentación de la Ley son: “¿El Ministerio de Salud ha certificado la inmunidad del ser humano a los Organismos Genéticamente Modificados (OGMs)? ¿La introducción de los transgénicos está asimilada a partir de un debate público o es un simple concepto de innovación genética para cosechar mayores ganancias? ¿Está tecnología afecta a los cultivos tradicionales y la biodiversidad?”.
La demanda fue presentada por 37 personas de diversas organizaciones y localidades bonaerenses. La acción judicial cuenta con 54 páginas con numerosas argumentaciones sobre los peligros del transgénico, sus químicos asociados y la vulneración de derechos que implica. Detalla la contaminación que provocará al cultivo convencional, la falta de consenso social, los riesgos para la salud y el ambiente.
La decisión del juez bonaerense ratifica que, si bien el Estado nacional tiene autoridad para aprobar la comercialización de transgénicos y agroquímicos, son las provincias las que conservan la potestad para su liberación efectiva en los territorios porque tienen el dominio sobre los recursos naturales.

La cautelar tiene su fundamento en el principio precautorio presente en la Ley General del Ambiente, que establece que ante peligro de daño grave o irreversible, no deben dilatarse las medidas correspondientes para evitarlos.
Trigo HB4, el nuevo veneno
El 11 de mayo de 2022, Julián Domínguez, ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, a través de la Resolución 27/2022 de la Secretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional, autorizó al Instituto de Agrobiotecnología Rosario (INDEAR S.A.) a comercializar la semilla y a los productos y subproductos derivados provenientes del trigo HB4. También a toda la progenie derivada de los cruzamientos de este material con cualquier trigo no modificado genéticamente. Argentina se convierte en el primer país del mundo en aprobar un trigo transgénico.
La medida beneficia a la empresa argentina Bioceres, donde son accionistas Gustavo Grobocopatel y Hugo Sigman, junto con la multinacional francesa Florimond Desprez. El nuevo transgénico implica el uso del herbicida glufosinato de amonio y, mediante todos los derivados de la harina, estará en los alimentos argentinos. El trigo HB4, es un cultivo modificado genéticamente para ser tolerante a la sequía y resistente al herbicida glufosinato de amonio.
INDEAR es una entidad de servicios de investigación y desarrollo del propio Grupo Bioceres. El trigo HB4 es un producto que nació por la colaboración público privada, ante una iniciativa de la Dra. Raquel Chan del Conicet y la Universidad del Litoral.
El año pasado, se sembraron en Argentina unas 6000 hectáreas de trigo HB4, de acuerdo a lo que informó Bioceres. Como resultado, se estima que a fines del año pasado se cosecharon y acopiaron unas 17.000 toneladas. Este año, volvió a sembrarse en Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, Santa Fe y Santiago del Estero, de acuerdo a lo que publicita la empresa en sus redes sociales. También anunciaron su cultivo en el Noreste argentino.
La decisión del Gobierno desoye el reclamo de cientos de organizaciones sociales y campesinas, y de miles de científicos que exigieron detener el avance de este transgénico. Denuncian la falta de transparencia en el procedimiento de aprobación del trigo HB4, la contaminación que producirá sobre otros trigos no transgénicos y el aumento del uso de agrotóxicos que supondrá su cultivo.
En octubre pasado, más de mil investigadoras e investigadores del Conicet y de universidades públicas de la Argentina rechazaron la aprobación del trigo HB4 y advirtieron sobre los riesgos para la salud y el ambiente.

Lo concreto es que por primera vez en el mundo se promueve el cultivo de trigo transgénico, un trigo que tiene un destino de consumo humano casi exclusivo. Un trigo que podrá ser fumigado intensamente con glufosinato (LibertyR de Bayer) para que no crezcan otras plantas (malezas) en el cultivo que puedan disminuir su rendimiento.
De esta manera, Argentina sería el primer país en el que los productores agrícolas podrían implantar trigo transgénico.