La universidad llega a los Institutos de menores
El Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia (OPNyA), bajo la dirección de Eva Asprella, puso en marcha un proyecto con las universidades nacionales. Su primera acción fue cometida con la Casa de Altos Estudios de San Martín. El objetivo es acompañar a jóvenes en conflicto con la ley penal mientras transitan el encierro y cuando salen. Se propone llevar actividades recreativas, artísticas, lúdicas, musicales y literarias entre otras. La primera visita se realizó en el Instituto de Pablo Nogués, en el partido de Malvinas Argentinas. “Durante la visita al instituto vimos cómo floreció otro CUSAM”, contó Marcos Perearnau, director académico de la Sede CUSAM en la unidad 48 de Suárez.

Foto: Liliana Cabrera
El plan de articulación empezó el mes pasado. La iniciativa fue con la sede CUSAM que funciona en la Unidad 48 de José León Suárez y depende la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
Renzo Salles estuvo 6 de sus 28 años preso; salió en libertad en abril del corriente año. Es uno de los graduados de la Diplomatura en Arte y Gestión Cultural del Instituto de Arte Mauricio Kagel (IAMK). Su visita al instituto fue muy enriquecedora porque durante su adolescencia estuvo encerrado en esa institución. “Compartí un momento con los pibes que están atravesando una situación de aislamiento por la pandemia. Estuve detenido en ese establecimiento cuando fui menor y ahora los visité como profesor”.

Foto: Liliana Cabrera
“Les pude contar mi experiencia, ellos me escucharon con mucha atención y eso me hizo sentir muy bien. Entendieron que se puede producir un cambio verdadero. Intervenir con los chicos de esta edad es nuestro objetivo como colectivo ABC, “Alto Bondi Cultural”, asegura Salles a Zorzal Diario. Y explica: “Los pibes se mostraron muy interesados con la propuesta y el momento compartido”.
“De este modo se mezcla lo académico, el acompañamiento y la experiencia de haber atravesado el mismo contexto. Esto resulta clave en la interacción de ambas partes. Hay que conocer la historia que hay detrás de cada uno de los chicos y brindarles herramientas para que tengan posibilidades”, implora Salles.
“Acompañamos esta iniciativa con los graduados de la Diplomatura en Arte y Gestión Cultural que egresaron de la unidad 48 de José León Suárez. Con quienes tratamos de recuperar las experiencias de todos los compañeros que van saliendo de la cárcel”, expresó a este diario, Marcos Perearnau, director académico de la Sede CUSAM. Y continúa contando: “Intentamos recuperar a través de la universidad las distintas trayectorias que hicieron, el desafío es cómo acompañarlas cuando están libres”.

Foto: Liliana Cabrera
Perearnau cuenta que así nace el proyecto ABC, Alto Bondi Cultural, que tiene dos ejes fundamentales. “Por un lado dar charlas de prevención del delito en los barrios, escuelas y centros juveniles. Y por el otro, una instancia de formación, dictada por nuestros egresados. Porque son ellos quienes tienen la legitimidad y saben como llegarle a los pibes antes que el encierro o una bala policial”.
“Es por eso que hablamos con la Dirección de Egresos del OPNyA, para articular y pensar juntos. También charlamos con la gente del área de Cultura de la Provincia. La idea fue visitar el Instituto de Pablo Nogués y surgió cuando nos enteramos que uno de nuestros egresados -Renzo Salles- estuvo alojado en ese establecimiento cuando era menor”, detalla el director académico.
Y continua: “Por eso decidimos que vuelva al instituto, pero esta vez, como profesor. Fue muy emocionante cuando su mamá vio la foto de ese momento. La idea es llevar la universidad a todos los dispositivos de menores y que agarre la forma de quienes están ahí. Durante la visita al instituto vimos cómo floreció otro CUSAM. Nuestro desafío está en cómo transformar la transformación”.
Alto Bondi Cultural

Foto: Liliana Cabrera
Ariel “Patón” Arguello estuvo preso 19 de sus 43 años. Su experiencia transformativa comenzó en la sede CUSAM. Fue con la música, es rapero. “Para mi, haber estado con los pibes en el instituto fue una experiencia muy linda. Es mi zona confort, como así también lo son, la villa y la gente humilde”.
“Vivo en un entorno delincuencial, donde la música que se escucha es la de los tiros, a parte de Dady Yankee y Tego Calderón. Soy de la villa La Cava, los chicos de acá están destinados a ir a los institutos o caer bajo una bala policial”, explica Arguello. Y asegura que la solución al problema es “trabajar con el arte y la educación para que eso no suceda. Estoy a disposición para ayudar a los pibes. Somos un colectivo que expresa lo que hacemos de corazón”.
Florencia Miguel es coordinadora de talleres de arte y cultura en la sede CUSAM y docente en la Biblioteca Popular La Carcova, así, sin tilde, como llaman los vecinos a su barrio. Ella explica que la visita al instituto “es el comienzo de algo que será muy grande, fue un momento muy emocionante. ABC es un proyecto que tiene talleres artísticos, culturales y de oficios. Está formado por profesores que tienen la experiencia de haber transitado el encierro y haberse graduado”.
“Están dispuestos a replicar toda esa experiencia y formación en los barrios, institutos de menores, cárceles y otros lugares. Entendemos que son ellos quienes saben cómo llegarles a los pibes antes de que caigan presos. Esto sucede porque comparten historias de vida parecidas y un mismo lenguaje”, detalla Miguel. Y enfatiza en que la solución “es la educación, el arte y la cultura, para que nadie se quede afuera. El trabajo con los adolescentes en los barrios, como así también en los centros de encierro, tiene que ver con poder dar un abanico de herramientas para que puedan expresar lo que les pasa, sienten, imaginan y sueñan”.
“Quizás es encontrar el lenguaje específico que cada uno tiene, el tema es encontrarlo. Capaz es con el rap, con el dibujo o con la escritura. Es lo que los ayuda a encauzar el enojo, las frustraciones y los miedos. Así pueden fluir”, asegura la docente Miguel. Y termina subrayando: “De este modo se pueden construir proyectos de vidas distintos a los de la delincuencia, el consumo y la cárcel. Es por la vía del trabajo y la educación”.

Foto: Liliana Cabrera

