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Legislatura porteña aprueba la Ley de Reparación para Víctimas de Cromañón

La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó casi por unanimidad la reforma de la Ley 4.786 de Reparación Integral para los sobrevivientes y familiares de las víctimas de la tragedia de Cromañón. El proyecto recibió 56 votos a favor y un único rechazo, correspondiente a Yamil Santoro de Republicanos Unidos, quien fue abucheado por familiares y sobrevivientes presentes en el recinto.

La nueva iniciativa establece una asistencia económica vitalicia, no hereditaria y compatible con los programas del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad. Además, reabre el padrón de beneficiarios hasta agosto de 2024, permitiendo la inclusión de más damnificados.

Sin embargo, persisten algunos puntos de conflicto porque la inclusión de más damnificados está restringida a los registros del padrón de salud del gobierno de la ciudad hasta agosto de 2024. Según las organizaciones de familiares y sobrevivientes, esto excluiría a algunos afectados que solicitaron atención psicológica en los últimos cuatro meses, en vísperas donde la temática afloró de manera masiva debido la serie producida por la plataforma prime video y al veinteavo aniversario del hecho.

Aunque no se cumplieron la totalidad de las expectativas, los sobrevivientes han enfatizado la importancia de esta ley, argumentando que brinda asistencia esencial en salud, educación y apoyo físico y psíquico. Destacaron que cuando la ley anterior vencía, se quedaban sin asistencia, por lo que consideran que esta reforma es un paso crucial hacia el reconocimiento definitivo por parte del estado de la ciudad.

¿QUE PASÓ EN CROMAÑÓN?

La llamada masacre de Cromañón ocurrió el 30 de diciembre de 2004 durante un recital de la banda Callejeros en el establecimiento República Cromañón, ubicado en el barrio de Once. El siniestro dejó un devastador saldo de 194 muertos, al menos 1.432 heridos y 19 sobrevivientes que se suicidaron en los años posteriores, constituyéndose como la peor tragedia no natural en la historia argentina.

Esa noche del 30 de diciembre no solo impactó profundamente en la cultura del rock nacional y en la juventud de la época, sino que también desencadenó significativos cambios políticos, incluyendo la destitución del entonces jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, siendo reemplazado mediante elecciones por Mauricio Macri en su salto definitivo al poder de la Ciudad de Buenos Aires.

En las consignas enarboladas durante dos décadas por familiares y sobrevivientes, se vislumbra la matriz de corrupción y abandono estatal que dio como resultado la destrucción de un sinfín de vidas y una crisis política para el peronismo y el progresismo de la Ciudad para la cual jamás hubo retorno.

“Ni la bengala, ni el rocanrol, a nuestros pibes los mató la corrupción”, fue un lema que tuvo un preciso correlato judicial, dado que en sucesivas instancias de la justicia fueron probadas las responsabilidades e inoperancias empresariales y de funcionarios tanto del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como del gobierno Nacional.

VOCES TRAS LA SANCIÓN DE LA REPARACIÓN INTEGRAL

Nilda Gómez, madre de una víctima fatal y parte de la ONG Familias por la Vida, expresó la profunda significación de la nueva ley con palabras contundentes: “Hemos logrado algo muy importante, que es una ley vitalicia. Ya no vamos a tener que estar cada tres años arrastrando a nuestros muertos por la legislatura y entrándole a todos los despachos para que se enteren de que Cromañón pasó y fue verdad y no una película.”

Martín Genauer, sobreviviente y militante de la Coordinadora Cromañón, destacó el valor colectivo de la lucha: “Esta ley es un logro del trabajo serio, audaz, creativo y sobre todo colectivo. Institucionaliza el carácter vitalicio de todas las reivindicaciones y asiste para la continuidad del proyecto de vida de las víctimas.”

Con una mirada crítica, Nicolás Pappolla, sobreviviente y militante de El Camino es Cultural, reflexionó sobre los límites de la reparación: “La política todavía no está a la altura de la historia y a la Ciudad de Buenos Aires le cuesta muchísimo reconocer su responsabilidad en Cromañón. Lo que quedó en evidencia hoy, con el acuerdo de solo incluir a los beneficiarios de salud que se hayan inscrito hasta agosto de este año, manifiesta que el oficialismo sostuvo una cuestión ideológica de no querer ceder ni permitirle a las organizaciones un triunfo pleno.”

Sin embargo, también reconoció los avances: “Si bien es un triunfo, nada alcanza para reparar lo que pasó. Pero pese a no haber logrado quizás el objetivo de máxima, dimos mucho, laburamos un montón y se dio un paso importante en unidad, dando pelea hasta el último momento.

Texto y fotos por Facundo Nívolo

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