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Lucha sin cuartel

Fotografías y texto de Facu Ovejero

Paradójicamente, y no tanto, el que se auguraba como mejor antídoto para neutralizar el virus del Covid, el aislamiento, puso de relieve que para poder realmente dar la talla en esta lucha sin cuartel, debíamos estar más juntos que nunca.

En algunos casos, trabajando sin descanso para suplir al Estado en las comunidades que más atención necesitaban y menos recibían. O reciben. Si. De vuelta.

Una vez más, lxs que fuimos ninguneadxs, persegiudxs, encarceladxs, matados, violadxs, desaparecidxs por el hambre voraz e insaciable del capitalismo neoliberal macrista teníamos que encontrar la manera autogestiva de cuidarnos, abrazarnos, acompañarnos, consolarnos, y hasta cocinarnos.

Y todo eso sin tocarnos. Sin acercarnos lxs unxs a lxs otrxs. Pero lo hicimos. Vaya si lo hicimos, y seguimos haciendo.

Y cada cual desde su lugar, cumpliendo un rol, aportando a la causa para visibilizar lo que realmente está pasando en las casas, casillas, pasillos, ranchos o simplemente cuartos del fondo de San Martín.

En mi caso tuve la suerte de formar parte de un equipo de trabajo que siempre estuvo en el meollo del asunto, pensando, gestionando e implementando soluciones casi mágicas para generar lazos populares que nos permitan estar de pie y dar un paso al frente.

Casi, pero no, no fue ni es magia. Es amor. Amor profundo por la otra, por el otro, por el/la otre y por la Patria.

Lo que nunca podrá ser retratado es la pasión y responsabilidad con las que puse el ojo en la cámara sabiendo que del otro lado iba a haber una mano tendida para quién la necesite.

Gracias.

Facundo Ovejero tiene 34 años, oriundo de la Ciudad de Quilmes, a los 8 años se mudó con su familia a Capital Federal, y después de un largo periplo entre países y provincias volvió a Capital Federal para ubicarse en el barrio de Chacarita. Hace ya 8 años que es padre de Francesca, y tres que convive con su compañera, Karu. Después de tanta carrera trunca llegó a su vida la fotografía analógica, y tras experimentar algún tiempo con la luz y los rollos decidió probar una cámara reflex digital y nunca más las pudo dejar. Actualmente se desempeña como fotógrafo del Dip. Nac. Leonardo Grosso.

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