Por Leo González, Malena Tello y Facundo Cuesta La cooperativa Caracoles y Hormigas nace hace más…
Más crisis, más ferias
Son las 9 am, la temperatura no supera los 6 grados y Susana (36), como todos los domingos desde hace 5 años, llega a la feria del Barrio Libertador del partido bonaerense de San Martín (Av. Márquez 3600), se pone unos guantes y estira una manta en la vereda de una humilde casa, espacio que alquila a 100 pesos el día para poder trabajar. Luego coloca sobre la manta unos cuantos gorros y bufandas que espera poder vender para ayudar económicamente a su familia.

Menciona, mientras acomoda la mercadería, que la feria nació en la década del ’90, en ese entonces su extensión era apenas de dos cuadras y contaba con unos pocos puestos de frutas y verduras, y otros de ventas de cd y dvd. Hoy, su extensión llega a más de 10 cuadras y en cada cuadra se pueden encontrar puestos de los mas variados que van desde ropa (nueva o usada) y bijou, hasta la venta de productos de limpieza, remedios, animales y autos, entre otros. También existe una gran oferta gastronómica en la que predomina la venta de comidas rápidas. Cientos de puesteros ofrecen sus mercancías a cientos de curiosos.
Susana afirma al respecto: “Acá encontrás lo que te imaginás y todo es muy barato, es el shopping de los pobres y desde hace unos años de la clase media también”, y agrega que “cada domingo rogamos que no llueva para poder trabajar”. El aumento del costo de vida, la pérdida del poder adquisitivo, los despidos y el tarifazo son factores que asfixian a los sectores más vulnerables y en ese marco de recesión económica, la gente busca alternativas para llegar a fin de mes. Hoy, la feria constituye una buena opción, tanto para los que venden como para los que compran, y es así que este último tiempo se incrementó el número de visitantes.
Si bien, muchos visitan y caminan la feria buscando una buena oportunidad para comprar barato, Susana afirma que no hay plata en la calle y la gente se esta volcando otra vez al circuito del trueque. Esta práctica social, que tuvo su auge en el 2001, esta volviendo a emerger como otra alternativa de consumo en San Martín y otros barrios del conurbano.
Por Silvia Cristófaro






