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Matías Lobos || Los liderazgos deberán legitimarse de cara a la sociedad

El subsecretario de Control y Vigilancia de Fronteras del Ministerio de Seguridad de la Nación opinó sobre la derrota de Juntos por el Cambio a nivel nacional y la derrota en San Martín. Ademas reflexionó sobre los liderazgos de la coalición cambiemita desde la oposición.

POR MATÍAS LOBOS

Cuando un proyecto político es sometido a elecciones y es derrotado tiene que hacer una profunda reflexión de los motivos de la derrota. Esto marca que inevitablemente debemos considerar que había una situación socio-económica con indicadores muy complicados que no pudimos revertir en estos cuatro años, siendo esta la principal causa que motivó la derrota de Juntos por el Cambio.

En ese sentido hay que analizar los resultados de las elecciones, que si bien se perdió, se pudo retener el 40% de los votos. Haber conseguido esa cantidad de los votos marca que una porción importante del país valoró otros aspectos de la gestión del Presidente Mauricio Macri: Los logros en materia de Seguridad, las relaciones federales llevadas a cabo con las provincias, y los logros en las obras públicas a lo largo y ancho de la Argentina.

Lo más importante es haber avanzado en una cultura no autoritaria del país. Haber salido de una política de crispación y de profundo enfrentamiento. La cultura del diálogo y republicana fue un avance importante. Una cultura donde las imágenes y las acciones que transmitía el Presidente trabajaban un tono conciliador.

A partir de diciembre comienza un nuevo escenario político-electoral con una reconfiguración de los espacios políticos y sus liderazgos. El 48% que ha sacado Alberto Fernández representa una enorme heterogeneidad social, lo mismo que el 40% que sacó el presidente Macri.

Por lo tanto hay mucho espacio para construir y reafirmar liderazgos: Hay mucha gente que ha votado por Alberto Fernández que va a estar muy atenta a las próximas políticas que implemente el nuevo presidente, como así también hay mucha otra gente que nos ha votado a nosotros y que también va a estar viendo como reconfiguramos el espacio de la oposición.

El presidente Macri tiene un caudal electoral que es muy importante, el gran triunfo que tuvo Horacio Rodríguez Larreta en la ciudad de Buenos Aires es altamente valorado y María Eugenia Vidal es una gran dirigente en la provincia de Buenos Aires, que tiene la posibilidad de reconstruir un liderazgo provincial.

También es fundamental reconocer los triunfos que han obtenido los intendentes en la provincia de Buenos Aires: Jorge Macri en Vicente López y Gustavo Posse en San Isidro. Son dos triunfos muy fuertes.

Hay liderazgos territoriales que pese a que la elección nacional y provincial se complicó para nuestro espacio, intendentes del PRO, radicales y gobernadores pudieron conservar sus territorios.

Todos esos liderazgos tiene que ser escuchados y promovidos en una etapa de construcción mucho más horizontal y con mira a la unificación de la oposición, que antes de pelearse por un liderazgo,  estos dirigentes tendrán la posibilidad de legitimarse ante la gente.

La derrota local de Juntos por el Cambio inevitablemente se tiene que revisar: Una lección que debemos tomar es que no se puede confiar en liderazgos nacionales y provinciales. No basta con con eso para asegurar los votos en el territorio.

La dirigencia local tiene que hacer lo suyo y tiene que poder no solamente conservar los espacios que se tienen a nivel nacional y provincial, sino que eso hay que validarlo en el territorio y en el municipio donde se esté trabajando.

Un buen liderazgo local no solo debe conservar los votos que se sacan a nivel nacional y provincial, sino que tiene que arrimar nuevos votos. Eso habla de dirigentes que están haciendo el trabajo en el territorio y en contacto directo con el vecino.  Inevitablemente se tiene que traducir en un caudal de votos locales, que son los que deben ser reconocidos por cualquier construcción política.

 

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