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“NO QUEREMOS PINTAR MÁS MURALES DE PIBAS MUERTAS”

Maria Angelica Andrada de 19 años fue asesinada el jueves pasado y su cuerpo, hallado sobre una montaña de basura en José León Suárez. La autopsia reveló que murió por asfixia. Hay un solo detenido y la causa fue caratulada como femicidio. 

Isabel, sosteniendo el dibujo con el rostro de su hermana.

LOS MURALES

“Soñé que pintábamos un mural y me desperté enojada porque no quiero que pintemos más pibas muertas“, dijo Lucía Capra, quien dirige la Casa de atención y acompañamiento comunitario de mujeres “Kuña Guapa”.  

Al costado del puente de José León Suárez, punto neurálgico donde muchos de los barrios pobres de San Martín se comunican con el tren que lleva a la ciudad, se asoma un mural de Micaela García. A metros, otro de Araceli Fulles, más adelante tres rostros más, son: Candela Sol Rodriguez, Melina Romero, y Araceli de nuevo. Todas víctimas de femicidios, que vivían en San Martín, o con muertes vinculadas a alguno de los barrios de la zona. 

“Dale, levantate y vamos a tomar unos mates vieja”. Fue lo que dijo María Angélica Andrada a su hermana, la última vez que la vieron. Vivía junto a su familia en el barrio Curita, en José León Suárez. Al fondo de un pasillo, compartía la casa con sus dos hermanos, su hermana mayor y los tres hijos. 

LA COMISARÍA Y LA MONTAÑA DE BASURA

“Vas a tener que esperar dos días más para denunciar”, dijo la oficial. Hacía cuatro días que estaba desaparecida. Eso fue a las seis de la tarde del miércoles seis de mayo, cuando Isabel Andrada, de 35 años, llegó a la comisaría 4ta de Suárez para denunciar la desaparición de su hermana María Angélica.

En la comisaría le plantearon que si iniciaban una búsqueda, ella iba a tener que estar arriba del patrullero para ayudar. Isabel se negó porque lleva un embarazo de alto riesgo y no podía someterse a esa exigencia y angustia. Cuando pidió que por lo menos dejen alguna constancia, anotaron sus datos en un pedazo de papel y lo guardaron abajo del mostrador. 

Isabel recorrió pasillos, casillas, tocaron las puertas de vecinos y vecinas. Nadie la había visto. 

Por la mañana del jueves, mientras Isabel estaba con su cuñado en la puerta de su casa, se acercó un vecino y le dijo: “María está tirada allá arriba”. Corrió, rogando que no fuera ella. Atravesó el descampado que une Curita y Carcova y llegó a “la montaña” ubicada al fondo del barrio Carcova. Habían dejado un cuerpo encima de la chatarra y la basura. Era María.

Los vecinos y vecinas se juntaron alrededor, la policía tardó en llegar. En ese lapso, muchas personas tomaron fotos que subieron a las redes. 

FOTOS MÁS LINDAS DE ELLA

“Yo tengo fotos lindas de ella, ¿porque la muestran ahí con toda la basura?”, expresó Isabel con el ceño fruncido y mirando el suelo. Por otro lado, organizaciones sociales circularon, junto al pedido de justicia, un dibujo a mano alzada realizado por Teresita Pérez, artista plástica del distrito.  Durante la entrevista, el dibujo llegó a manos de Isabel y lo miró con gracia: “Estaba re gordita en la foto esa que usaron”, mientras desde el celular se puso a buscar una foto más actual.

María Angélica era la menor de nueve hermanos oriundos de Chaco. Llegaron a Buenos Aires cuando ella tenía diez. Trabajaba limpiando casas particulares por hora y también cuidaba a gente mayor, en parte, para pagarse sus vicios.

“Vas a tener que esperar dos días más para denunciar”, dijo la oficial. Ya hacía cuatro que estaba desaparecida.

Su madre falleció hace cinco años. “Yo la crié, es mi hermana pero tiene la misma edad que mi hijo, no la parí, pero la crié, le di la teta, ella me decía mamá”, cuenta Isabel secando sus lágrimas con la manga del buzo, y con su otra mano tocándose la panza. 

Gesticulando con el  celular, Isabel contó que desde la Municipalidad la llamaron solo una vez, el día sábado: “Me preguntaron que cómo estaba. ¿Cómo puedo estar? acabo de enterrar a mi hermana”.

CONSUMIR DROGAS Y SER UNA PIBA

María tenía problemas con el consumo de drogas y estaba asistiendo al “Hogar de Cristo”, ubicado en la calle Esmeralda 7020 en José León Suárez, allí acompañan a las personas para salir de las adicciones. “Estaba re contenta, decía que cuando termine la pandemia se iba a ir a internar para recuperarse”, contó su hermana.

“No es lo mismo tener problemas de drogas en un barrio popular que en uno de clase media. Tampoco es la misma situación en una piba que en un varón. El consumo nos deja expuestas a mayores niveles de violencia, embarazos no deseados, violaciones, uso de nuestro cuerpo como bien de intercambio” afirma Lucía Capra, quien coordina desde hace dos años la casa de la mujer “Kuña Guapa” ubicada en Costa Esperanza, un barrio cercano a la vivienda de la familia Andrada.

El consumo nos deja expuestas a mayores niveles de violencia, embarazos no deseados, violaciones, uso de nuestro cuerpo como bien de intercambio


La causa transita en la UFI 1 de San Martín a cargo del fiscal Fabricio Iovine. Desde la familia de la víctima pidieron la revisión de cámaras que hay en las vías del tren que cruza el barrio y, de un local en la entrada del barrio Carcova. Hay un solo sospechoso, se llama Cristian Raúl Alaniz, de 37 año, le dicen “el rancho”. Supuestamente era el novio de María y habría sido visto por un vecino con ella en la zona donde fue hallado el cuerpo. Desde Fiscalía afirman que va a seguir detenido.

Isabel encontró una foto de las últimas que le tomaron a su hermana, donde, según ella, parece “una modelito”. Es la imagen que van a usar las muralistas del barrio para dibujar el rostro de María, probablemente también en el puente de José León Suárez.


fotos: Facundo Nívolo

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