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Opinión || ¿Por qué el Municipio de San Martín no apuesta a la gastronomía?

El último fin de semana fue noticia en redes sociales la suspensión de todo tipo de shows artísticos en los bares y restaurantes de San Martín por decisión del gobierno municipal. La noticia fue recibida con sorpresa por el sector gastronómico y resultó perjudicial para la decena de artistas que tenían programadas sus presentaciones para el fin de semana largo de Semana Santa.

Esta determinación, tomada por el gobierno municipal es un capítulo más de las trabas que viene sufriendo el rubro gastronómico de San Martín durante los últimos dos años La pregunta que flota en el aire es: ¿Por qué el Municipio no apuesta a potenciar al sector gastronómico?

El Frente de Todos es una coalición de gobierno que en su concepción política apuesta por el trabajo. La gastronomía es precisamente uno de los sectores que generan trabajo. Y muchas de las plazas que otorga son para jóvenes y mujeres, dos de las categorías más excluidas del universo laboral. ¿Por qué entonces no apostar al sector gastronómico?

En la campaña legislativa 2021, la candidata a primera concejala por el peronismo, Nancy Cappelloni, desistió de participar en una actividad donde participaron distintas candidatas y candidatos de la lista del FDT, y que buscaba justamente apuntalar al rubro en cuestión.

La actual concejala Xana Rodríguez (Frente Renovador) había organizado una actividad en el primer Paseo Gastronómico de Villa Ballester, en la que se proponía mostrar el apoyo del peronismo a la gastronomía local y a un Proyecto de Ordenanza presentado esa misma semana, que apuntaba a regular la actividad nocturna en los bares y restaurantes. La señal de apoyo al sector no se pudo concretar a raíz del desplante de Cappelloni a Rodríguez y a integrantes de la Cámara de Comerciantes Gastronómicos.

Durante los tiempos en que las restricciones eran más estrictas, debido a la falta de conocimiento sobre el coronavirus y al prematuro desarrollo de las vacunas, los comercios no podían recibir comensales en espacios cerrados. La solución parcial planteada en muchos municipios fue la utilización de mesas al aire libre, para compensar la imposibilidad de disponerlas al interior de los comercios. En San Martín la decisión tardó bastante en verse reflejada, en desmedro una vez más de los comerciantes y de sus trabajadores y trabajadoras que viven de los salarios y propinas que genera el sector.

La enumeración podría continuar en distintas iniciativas promovidas en cientos de lugares del país e incluso del mundo, donde la pandemia del Covid-19 tuvo el mismo impacto. San Martín siempre corrió (muy) de atrás a todas las medidas que se tomaron en los distintos Estados para proteger al sector.

La eximición de tasas municipales durante el periodo de Aislamiento Social Obligatorio demoró más de un año en ponerse en práctica. Incluso, los empresarios de San Martín fueron recibidos en la Casa Rosada por autoridades del Gobierno nacional para que puedan acceder al programa “REPRO”. La actividad gastronómica al aire libre durante el verano 2021, cuando comenzaban a llegar las primeras vacunas fue casi nula, mientras que la implementación de dársenas tardaron en verse reflejadas en los comercios.

En el último tiempo, donde gracias al plan de vacunación llevado adelante por el Gobierno nacional se vive una etapa de cierta normalidad, el municipio no ha promovido los paseos gastronómicos en Ballester y otros puntos de San Martín. Pero sí lo ha hecho permitiendo instalar durante tres días en la Plaza Mitre la “Feria de Sabores”, una empresa que no genera ganancias en el distrito ni tributa impuestos municipales.

Retomando lo sucedido este fin de semana largo, “La Casona”, un bar radicado sobre la calle Ayacucho, publicó en sus redes sociales el siguiente mensaje: “No es sólo un prejuicio a los comerciantes y a los empleados, que reciben un ingreso adicional por la propina. También consideramos que es un prejuicio a los artistas y todo lo que conlleva hacer un espectáculo”.

“Orange Bar”, uno de los emprendimientos gastronómicos más grandes de San Martín manifestó su voluntad de no adherir a la decisión municipal. “La contracultura artística de barrio en bares -expresaron- ha acompañado el crecimiento de todos los pueblos a lo largo de la historia, las ciudades más grandes han superado sus crisis de la mano de la cultura underground y apostamos a eso en este momento tan sensible”.

Fotos: Sol Masini

Una gestión municipal que se ufana de haber colocado la cultura en el centro de la gestión política desde 2011; de formar parte de un frente político y electoral nacional que defiende el trabajo y la diversidad cultural, ¿puede acaso ponerse en contra de las expresiones culturales que generan puestos de trabajo, que construyen la identidad de los barrios y de quienes promueven espacios para las juventudes y nuevas expresiones artísticas?

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