Persianas bajas, ventas virtuales
Comerciantes del Centro Comercial de Munro atraviesan un complejo contexto para subsistir durante la cuarentena obligatoria.

Cuando se menciona el barrio de Munro es habitual que se haga referencia a la importancia de su Centro Comercial. Muchas personas, de diversas partes del Conurbano, reproducen la anécdota de haber comprado algún pantalón de jean, de ciertas marcas reconocidas en épocas de oro de estas actividades a nivel nacional, que impactaron en la vida y organización del barrio conocido como Capital Provincial de la Indumentaria. Aunque son varios rubros los que atraviesan su vida comercial.
Las intermitencias en la actividad hace tiempo vienen golpeando a los comerciantes. Las vertiginosas fluctuaciones de la economía en los últimos años, fueron un duro golpe para quienes debe solventar la cantidad de gastos fijos que supone sostener un negocio, en una calle céntrica, en el primer cordón del Conurbano Bonaerense. La actividad textil es una de las que más sintió la caída del consumo frente a la crisis. Las persianas bajas no son nuevas para estas calles: en los últimos años se registraron los cierres de varios locales a lo largo de las avenidas principales, incluyendo algunos negocios históricos de la zona.
“Hace cosa de 15 días empezamos a vender por internet pero está difícil, éste es un comercio de barrio y la gente quiere probarse la ropa”, cuenta Gabriel, que tiene un negocio de prendas masculinas sobre la Av. Bme. Mitre. “Teníamos Facebook pero ni lo usábamos y ahora armamos un Instagram. Quizás a las grandes marcas les cuesta menos pero a nosotros nos cuesta mucho que se muevan”, explica el comerciante.

La cuarentena encuentra a los comerciantes sorteando estas dificultades. La actividad textil no se encuentra dentro de las actividades exceptuadas. Cumplidos los dos meses de aislamiento social, preventivo y obligatorio; lapso en el que la actividad de la población esta parcialmente suspendida, atendiendo a los cuidados personales y priorizando la salud de todos. “Yo te cuido, vos me cuidás”, es uno de los lemas que marcó esta época tan particular.
Pero, ¿quién cuida a aquellos que quieren cuidarse y cuidar, pero siguen generando una gran cantidad de gastos fijos mensuales y no poseen muchas alternativas para afrontarlos?
Las ventas online son por ahora la única posibilidad para algunos comerciantes que atraviesan una realidad “sin precedentes, donde se ven sumamente afectados”, según la Asociación de Comerciantes Locales.

“Intentamos acceder al ‘tasa cero’ junto con mi esposa, que también tiene un negocio, pero no somos aptos. En mi caso fue porque entre el 20 de marzo y el 19 de Abril mantuve el mismo nivel de gastos: es que en la tarjeta de crédito gasto lo mismo todos los meses. A ella le faltaba algún requisito, no recuerdo bien cuál. Eso hubiera venido muy bien la verdad. Conozco algunas personas que pudieron anotarse, pero aún no tuvieron más novedades”, cuenta Gabriel.
Los créditos tasa cero, que otorgará en estos días el BCRA, tienen un tope de $150.000 y la tarjeta de crédito es el medio por el cual se depositará este dinero destinado a monotributistas y autónomos.
“Nosotros quedamos en el medio para la posibilidad de conseguir alguna ayuda económica estatal porque somos una categoría un poco más alta de monotributo y por eso no calificábamos para el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia). De parte del Municipio, lo único que sucedió fue que se perdonó el impuesto municipal, que no representa un gasto muy cuantioso. Por otro lado, se iba a hacer un descuento en publicidad según tengo entendido”, cuenta Marcela, que tiene una librería a metros de la Av. Vélez Sarsfield.”En cuanto al alquiler del local, no nos dieron la posibilidad de realizar ningún arreglo especial teniendo en cuenta la situación”, afirma la comerciante.
A pesar de la existencia de un decreto presidencial que obliga a propietarios a considerar la situación de inquilinos en este contexto, la posibilidad real de flexibilidad en el pago de alquileres varía mucho según el caso.
“Nosotros fuimos privilegiados porque ya hace varias semanas pudimos comenzar a trabajar con delivery. En un fin de semana tuvimos que armar toda la plataforma de redes para ventas en ese formato. No teníamos nada. Somos un comercio de barrio, hacemos entregas por la zona en la medida que podemos, a pie, nosotros mismos”, relata una de las dueñas de la librería Del Barrio. Y continua: “tuvimos suerte de arrancar el 13 de Abril, mucho antes que otros rubros fuertes de la zona que no pueden trabajar aún. Se hace muy difícil subsistir”.
Respecto a cuál es el panorama para los días que siguen, en la tercer etapa de administración del aislamiento en AMBA, Marcela cuenta “recién ahora parece que se va a enviar la propuesta de un protocolo en la Provincia para empezar a abrir eventualmente. En Vicente López la oposición tuvo la idea de la creación de una APP. Me mandaron información para que me inscriba, pero aún no hubo mayores novedades al respecto”.
Ante la grave situación, la dueña de la librería rescata las redes que se fueron armando entre vecinos y otros comerciantes para tratar de sobrellevar la situación: “tuve la suerte de que algunos vecinos y gente de sindicatos con quienes ya venimos trabajando, me dieron una mano porque me conocen de hace años. La ayuda fue compartir en redes y el boca a boca, no de manera institucional”.

