Rotativos Ares S. A.: veinticinco despidos y un reclamo desesperado
El pasado 4 de septiembre, veinticinco trabajadores de una empresa ubicada en Villa Ballester, tuvieron vacaciones. Una semana después, al regresar de las vacaciones, la empresa estaba completamente cerrada y habían vaciado las oficinas administrativas. Se habían llevado computadoras, papelería, presupuestos, datos de clientes, insumos, entre otras cosas. Ese mismo día, 11 de septiembre a las 6 a.m, los empleados hicieron una asamblea en la explanada de la entrada, frente al portón cerrado, donde se encuentra la inscripción: “Rotativos Ares S.A”.

Rotativos Ares se dedica al rubro gráfico desde el año 1984. Según reza su portal web: “es actualmente una de las mayores empresas productoras de formularios continuos del país con gran experiencia y con un posicionamiento líder en el mercado de la distribución de papelería comercial, así como también en la fabricación de etiquetas autoadhesivas”. Casi cuarenta años después cerró sus puertas de manera intempestiva dejando a veinticinco personas en la calle.
Hugo Trejo es el referente gremial dentro de la fábrica.
“Nos dijeron que la producción venía cuesta abajo, lo cual se veía, y que por eso nos daban vacaciones obligatorias a todos. Nos pareció raro pero sonaba creíble. Dijeron que esa semana no iba a haber producción”.

Entonces, desde el 4 de septiembre al 11 de septiembre, todos los empleados tuvieron una semana de vacaciones, a pesar de que lo usual era tomarlas en el periodo que va de octubre hasta abril.
El 6 de septiembre y por medio de una videollamada, Gabriela Ares, hija de Manuel Ares, dueño de la empresa, les propone a los delegados, Hugo Trejo y Gastón Candia, un fideicomiso en el que los trabajadores pueden quedarse con las maquinarias a cambio de perder los años de aporte, derechos laborales y, de regalito, hacerse cargo de todas las deudas que la empresa cargaba hasta ese día. Entre ellas, una deuda con Edenor por más de un millón setecientos mil pesos y varias máquinas prendadas por deudas con proveedores.
Después de ésta propuesta indecorosa, el 11 de septiembre, ya al regreso de las obligadas vacaciones, y en asamblea de madrugada, los empleados de Rotativos Ares S.A decidieron permanecer en la fábrica para resguardar sus puestos de trabajo e hicieron la denuncia por Lockout patronal ante el Ministerio de Trabajo. Consiguieron una audiencia para el día siguiente, 12 de septiembre. A esa audiencia, entre trabajadores y empresarios, una de las partes brilló por su ausencia. Manuel Ares tampoco estuvo presente en las dos audiencias siguientes con las que volvió a insistir el Ministerio de Trabajo para destrabar el conflicto.

Los trabajadores de Rotativos Ares, representados en la Federación Gráfica Bonaerense, consideraron, y así lo pretenden, constituirse como cooperativa, ya inscritos en INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) como Cooperativa de Trabajo Unión Gráfica San Martín. Mientras tanto y hasta el momento, de los dueños, lo único que se sabe es que presentaron la quiebra ante el Tribunal Comercial de San Martín, el 23 de octubre. Fue rechazada por falta de papeles y de requisitos legales. Apelaron y nuevamente fue negada la quiebra por inconsistencias. Entre tanto, los trabajadores llevan dos meses esperando respuestas y cuidando los puestos de trabajo permaneciendo dentro de la fabrica.

