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Trabajadores, jubilados y gente en situación de calle buscan su plato de comida en comedores populares

El gobierno nacional frenó hace meses la entrega de alimentos a pesar de la creciente demanda en los comedores y merenderos populares durante los últimos meses, debido a la precaria situacion que afrontan los sectores vulnerables. Es por eso que hoy, miles de personas se movilizaron a la Quinta de Olivos y al Ministerio de Capital Humano para repudiar el ajuste en la comida y los recortes en el Plan Potenciar Trabajo. Zorzal Diario visitó un comedor en Lanzone para conocer la situación que están atravesando.

Valeria, Lucía y Nilda trabajan en el comedor “El refugio de los niños” en Lanzone. Saben que el hambre no empezó con el gobierno de Milei, pero sí que se profundizó. Diez kilos de fideos el año pasado alcanzaban en el guiso para alimentar a las treinta familias que asistían. Este año el número de gente que recurre a los comedores aumentó considerablemente, y quince kilos de fideos no alcanzan“.

Son las 8 de la mañana, y los cuchillos se ponen en acción picando las verduras para el guiso. Las ollas suenan mientras son acomodadas entre los ladrillos. El fuego de la hornalla va empezando a crecer: “Acá hacemos lo humanamente posible con lo que baja de mercadería el municipio, algunas donaciones de los vecinos y después tenemos que poner de nuestro bolsillo porque no alcanza”, cuenta Valeria a la vez que agrega: “Recién tuvimos que ir a la verdulería a comprar, porque las verduras es lo que le da el gusto y el color. Y eso lo pagamos nosotras”.

Muchas veces también deben hacerse cargo del gasto de las garrafas, ya que la que le da el municipio una vez al mes, viene rebajada con arena y se les apaga el fuego a cada rato.

El comedor que funciona en la casa de Valeria arrancó en el 2017. Hace unos meses atrás cocinaban tres días por semana, hoy por la falta de alimentos se redujo a sólo dos. “Los otros días, la gente se las rebusca, se moviliza hacia otros comedores de otros barrios, por ejemplo. Siento que hoy estamos peor que en la época de pandemia, creo que con eso te decimos todo. Antes había un Estado más presente”, remarca.

Los tuppers vacíos se van acumulando con el correr de la mañana, a las diez ya ocupan toda una mesa larga y siguen llegando, ahora les toca improvisar a las mujeres donde ubicarlos. Ellas los reciben, pero sin saber si alcanzará para todos.

“Cristian 4”, dice un tupper con tapa de color bordo. “El 4 indica la cantidad que son de familia”, explica Valeria y agrega: “Acá vienen jubilados, el trabajador que no le alcanza la plata, y gente en situación de calle que está en extrema vulnerabilidad, que te viene con una botella de plástico cortada para que le sirvas la comida y después lo ves comiendo en la puerta con la misma tapita de la botella”.

Son las 13.30, y se comienzan pueden escuchar algunos murmullos en la puerta. Uno de los que se escucha es el de un hombre que dice: ” No van hacer otra cosa que no sea guiso”. Mientras que a su lado, una mujer con una botella de Coca cortada a la mitad la extiende para que le sirvan. Más de cincuenta personas están haciendo fila esperando retirar la comida. Después de entregar los tuppers, las ollas quedan vacías, el silencio invade el barrio y las mujeres se quedan con la satisfacción de haber aportado un granito de arena en la lucha contra el hambre.

La realidad que vive el comedor “El refugio de los niños” se repite a lo largo y a lo ancho del país. Es por eso, que hoy miles de personas se congregaron en la puerta de la Quinta de Olivos y del Ministerio de Capital Humano en reclamo por la falta de entrega de alimentos, y por el desguace de programas sociales como el Potenciar Trabajo, en un país con 60% de pobres. Mientras tanto, el presidente Javier Milei se encuentra en Los Ángeles dando una charla sobre economía.

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