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Un año de la muerte de Roberto De Vicenzo, el mejor golfista de la historia
Hace exactamente un año, cerraba los ojos para siempre el golfista Roberto De Vicenzo, uno de los deportistas argentinos más notables de todos los tiempos.
En la impresionante cifra de 230 logros en su carrera, se destacan un título en el mítico “The Open Championship” de 1967, único “Major” en su carrera, y otros siete torneos del PGA Tour. También ganó 18 certámenes del SeniorPGA (reservados para mayores de 50 años) y la Copa Mundial de Golf de Canadá 1953, junto a Antonio Cerdá.
De Vicenzo nació el 14 de abril de 1923 en Villa Ballester. Pasó su infancia y adolescencia en el barrio porteño de Villa Pueyrredón, a pocas cuadras de la Avenida General Paz. A los nueve años se inició como caddie en el Golf Club General Mitre, de Migueletes, para luego jugar su primer torneo a los diez. Tiempo después, se mudó a Ranelagh, partido de Berazategui, donde vivió hasta su muerte.
Más allá de sus logros deportivos, De Vicenzo es también muy recordado por una digna actitud mientras disputaba la ronda final del prestigioso “The Masters” de Augusta en 1968. Faltando dos hoyos para el final de la competencia, De Vicenzo estaba a un solo golpe del líder, el estadounidense Bob Goalby. En ese hoyo (n°16 de 18), el argentino logró un águila (tres golpes bajo par) que lo hubiera posicionado en un virtual empate con su rival, tras lo cual el torneo se hubiera definido en un desempate entre ambos.
Pero tras lograr el águila, De Vicenzo le pidió a su compañero de línea, el también estadounidense Tommy Aaron (que se encontraba en el puesto 7) que llenara la tarjeta con el puntaje oficial. Pero este cometió el error de anotar cuatro golpes en lugar de tres. Después, el argentino accedió a firmar esa tarjeta, sin reparar en ese yerro. Al hacerse el conteo definitivo, De Vicenzo quedó en el segundo lugar con 10 golpes bajo par, a solo uno de Goalby. Un golpe que en realidad nunca existió. La organización reconoció el error, pero los reglamentos no permitían la modificación de los resultados una vez oficializados los mismos. Al conocerse su situación, el argentino hizo una declaración a la prensa que quedó para la historia: “Soy un estúpido”. De esta forma, el golfista de Villa Ballester perdía la posibilidad de ganar su segundo “major”.
Sin embargo, jamás culpó a Aaron por anotar esa cifra en forma errónea, ni a la organización de aquel torneo por aplicar el reglamento, lo cual le hubiera significado un gran rechazo en el ambiente del golf mundial. En reconocimiento, De Vicenzo fue invitado por el comité del torneo a formar parte de la cena de honor, que habitualmente está reservada solamente para el campeón. Hasta entonces, jamás había ocurrido que un subcampeón fuera convocado para participar de la misma, ni nunca volvió a suceder.
De Vicenzo murió el 1° de junio de 2017 a los 94 años, meses después de sufrir un accidente doméstico en la cadera que fue deteriorando su salud progresivamente. En 1967, año de su victoria en el Open Championship, ganó el premio Olimpia de Oro. En 1980, recibió un Konex de Platino por ser considerado el mejor golfista argentino de la historia. En 1989 ingresó al Salón de la Fama del Golf Mundial. Y en 1999, el Círculo de Periodistas Deportivos lo consideró uno de los cinco deportistas argentinos más destacados del siglo XX, junto a Diego Maradona, Juan Manuel Fangio, Carlos Monzón y Guillermo Vilas.
Por Gustavo Aguirre