skip to Main Content

UNA TENSA CALMA: HAY CASOS SOPECHOSOS EN EL THOMPSON

El hospital fue el primero en atender a una paciente con el Coronavirus en territorio bonaerense. Luego de ser dada de alta, el hospital municipal sigue trabajando al servicio de los vecinos.


Tomar las precauciones

“La mejor prevención está en tus manos”, dicen los carteles del Hospital Municipal Thompson, uno de los lugares de referencia en salud de San Martín, pero también el lugar que recibió a la primera infectada de Corona Virus en la provincia de Buenos Aires.  

En la puerta ubicada en la calle Mitre al 4400 se encuentra el área de admisión, donde se tramitan los turnos. Al final de unas escalinatas de cemento se encuentran amplios mostradores donde se realiza la admisión de los casos. La sala tiene cerámicos blancos en el suelo, decenas de sillas grises de plástico, la mayoría están vacías.

Una tela blanca le cubre casi toda la cara. Sus ojos marrón oscuro y abiertos resaltan con fuerza. Observa de izquierda a derecha cada movimiento. La mirada fija en cada persona que pasa delante suyo, como esperando algo que está por suceder. La mujer, de unos 28 años, se encuentra sentada junto a su hijo, es él quien lleva puesto el barbijo.

Pasillo a la izquierda, patio, pasillo a la derecha, oficina con puerta blanca y vidrio esmerilado. Luis Serra es el director del Hospital Thompson desde hace 8 años, sin embargo tiene una oficina reciente en la cual una televisión de led esta prendida en un canal de noticias, donde sigue el minuto a minuto de la pandemia que tiene en vilo a toda la comunidad.

Desde un escritorio grande con un vidrio que resguarda la foto de Ramón Carrillo, el médico sanitarista del primer peronismo, el Dr. Sarra mira de reojo la televisión a la izquierda, su celular posado en su mano derecha y contesta preguntas. Dice que el hospital estaba preparado para la situación desde antes que llegara el primer caso y que desde hace una semana que comienza sus días en una reunión de gabinete que convoca el municipio. Dicha reunión la encabeza el intendente, Fernando Moreira, y lo rodean todos los secretarios y funcionarios de salud. Allí siguen y ejecutan el día a día acorde a las directivas nacionales.

“Tenemos una ventaja: el verano, es decir, que estamos en la fase uno, con la misión de demorar el pico infeccioso. Actualmente hay 2 casos sospechosos: un señor de 33 años que está en terapia intensiva, y un niño de 10 años que está internado con su madre. Todos vecinos de San Martín”, dice Serra, e interrumpe para contestar un llamado.

A LA ESPERA DEL INVIERNO

La televisión transmite en silencio una reunión entre Horacio Rodríguez Larreta y el presidente Alberto Fernández. La voz del director del hospital explica: “Es la fase de contención, de detectar casos, aislarlos y controlar contactos. Todavía no hay casos técnicamente autóctonos en el país. El problema que vamos a tener en invierno es que además de circular el virus corona, van a circular los otros virus que provocan resfríos, bronqueolitis y los tres virus de la gripe. Ahí es probable que los centros de salud colapsen y haya que aislar en las casas los casos con enfermedades leves y reservar los hospitales para los más graves”.

El Thompson cuenta con tres salas de aislación y se encuentra en adecuación una cuarta sala con tres camas más. El intendente de San Martin se reunió este lunes 16 con todos los efectores de salud del municipio, públicos y privados. Adelantándose a un posible pico de epidemia, el objetivo es constituir una red de trabajo conjunto. Las instituciones privadas de salud mostraron predisposición, constituyéndose un grupo donde además del Hospital Thompson, el Hospital Eva Perón y el Hospital Belgrano, también participan la Corporación Medica, la Clínica Santa María, y el Sanatorio Anchorena.

AFUERA EN LA CALLE

“¡Remiiis!”, grita Jorge González en la entrada principal. Tiene 65 años y trabaja hace veinte en la puerta del Thompson. “Al coche lo desinfecto con lavandina siempre, lavandina y agua. Porque siempre te podes agarrar cosas, más yo que estoy muy expuesto. Ahora lo que agregué es el
lysoform. Después de cada viaje le echo a las manijas de la puerta” explica el remisero.

La cantidad de pacientes disminuyó notablemente según los comentarios de los trabajadores. “Hay pacientes que incluso prefieren perder sus turnos antes que venir a atenderse”, cuentan trabajadoras administrativas del hospital.

La primera mujer infectada por coronavirus internada en San Martin tiene 67 años y  fue dada de alta el sábado pasado. Es vecina del barrio de Caseros, Tres de Febrero.

Un joven con barbijo habla por teléfono apoyado en una pared a la vuelta de la entrada principal. Tiene el pelo oscuro y rapado en fade, aro expansor, ropa negra. Expuesto directo al rayo del sol, se toca la frente y gesticula mientras con la otra mano apoya el celular contra su cara.

“NO VAMOS A EVITAR QUE SE SUMEN CASOS”

Mario Gallo es medico clínico y está en el servicio de emergencias. Su trabajo es asistir en las ambulancias, por lo que recorre la mayoría de los hospitales de la zona. Bajo la arcada de la puerta de guardia ubicada en la calle Matheu, explica: “Hay similitudes con la gripe A en la cantidad de
infectados, pero esto es nuevo y quizás pueda ser un poco peor. No sabemos si además se contagia por saliva o por aire, por orina o excremento. Nadie sabe a ciencia cierta cómo es”

“Si logramos que la población tome recaudos -prosigue Mario- lo más probable es que podamos controlar los casos que haya. No se va a evitar que se sumen, pero sí vamos a evitar que los contagios sean de golpe y el sistema sanitario colapse. Si eso sucede, ahí si va a ser mas difícil contenerlo”, dice y su caminata de cara a la guardia se bifurca hacia su derecha y se pierde entre los autos del estacionamiento hacia el interior del edificio.

La capilla ardiente está totalmente vacía, un Cristo de frente crucificado a tamaño real, otro Cristo a la izquierda con un niño bajo su mano. Algo de aroma a humedad.

En el rincón a la izquierda de la entrada, y con fondo despintado, también reside una estatuilla pequeña de la virgen María. Saliendo, la misma virgen tiene un altar de vidrio con flores de plástico que mira directo a la puerta de la guardia.

En un Escort color crema viaja una señora. Al volante, un señor de unos 70 habla mientras se desliza el barbijo hacia el mentón. El coche esta frenado a  la altura de la parada del 252, en la intersección de Matheu y Rondeau. Son las 10 de la mañana y las calles están más tranquilas que lo habitual. Pocos autos, poca gente. Cambia el semáforo, y el Escort arranca despacio hacia el centro de San Martín, con sus dos pasajeros a bordo.

Back To Top
×Close search
Search