Vandalizan homenaje (por cuarta vez) en Campo de Mayo
El memorial de Floreal “Negrito” Avellaneda, la victima mas joven de los vuelos de la muerte, fue vandalizado por cuarta vez. La última imagen había sido instalada en marzo de este año por su mamá, Iris Avellaneda, acompañada por organizaciones sociales y de familiares en la puerta de la guarnición militar de Campo de Mayo. Iris, declaró: “La fuerza la tengo y voy a seguir luchando, si la sacan mil veces, mil veces la volveremos a instalar”. Iris se encuentra en plena lucha para instalar en ¨El Campito¨, un sitio de Memoria.
Iris Pereyra de Avellaneda se pregunta si será “odio” aquello que persiste en sectores de las fuerzas de seguridad, para que con tanta insistencia vandalicen una y otra vez el sentido homenaje a su hijo Floreal, que con tan sólo 14 años fue trasladado al centro de exterminio, tortura y muerte, en que se convirtió Campo de Mayo durante la última dictadura cívico militar. El 15 de abril de 1976, a menos de un mes del golpe, una patota se presentó en casa de sus tías, buscando a Floreal Avellaneda (padre), que era delegado de la metalúrgica Tensa. Madre e hijo fueron trasladados al Centro Clandestino de Detención “El Campito”. Luego de 15 días de cautiverio, Iris fue puesta a disposición del PEN y alojada en la cárcel de Olmos. Supo después que el Negrito fue arrojado al Río de la Plata desde uno de los vuelos de la muerte, y su cuerpo apareció en las costas uruguayas. El 14 de mayo de ese mismo año, ocho cadáveres aparecen en la costa uruguaya. Entre ellos está el cuerpo de Floreal.
Fueron cuatro las veces que, a lo largo de los últimos meses, debieron reponer el homenaje que había sido instalado a fines de septiembre del 2021, al lado de la señalización oficial de “El Campito”, uno de los cuatro centros clandestinos dentro del mismo predio. En octubre pasado fue el primer ataque que recibió el atril de hierro que sostenía una plancha con la imagen del “Negrito” dibujada con la leyenda “El Negrito vive”. Aquel ataque la arrancó de su pie de hierro. Volvieron a instalar el recordatorio en noviembre. Y volvieron a sacarla un mes después, y esa vez también arrasaron con el árbol que habían colocado como parte de la campaña ‘Plantemos Memoria’, que habían lanzado los organismos derechos humanos durante la pandemia por el Covid-19.
Iris Avellaneda es presidenta de la agrupación de Familiares, sobrevivientes y compañerxs de Campo de Mayo, y desde hace algunos meses también de la Liga Argentina por los Derechos Humanos. Con la tenacidad de los que ya perdieron todo volverá a honrar la memoria de los 30 mil cada vez que se avasalle un derecho.
En marzo de 2022 volvieron a colocar un homenaje en el mismo lugar: la placa, esta vez, era un grabado del rostro de Floreal en madera. El 8 de abril amaneció cubierto de pintura roja. “Como si fuera sangre, la cara de mi hijo ensangrentada”, supo describir Iris. La semana pasada, manchada y todo, alguien se la llevó: los hierros de la estructura que la sostenía aparecieron doblados, como si un aparato con mucha fuerza la hubiera querido arrancar de cuajo.

En cada oportunidad Iris encuentra los medios para difundir lo que ocurre, y ofrece entrevistas. “Son los milicos”, apuntó en diálogo con Página 12. “¿Quiénes van a ser sino? Ellos custodian este lugar de la mañana a la noche, si no son ellos deben saber quién fue. Les molestamos acá, no quieren el Espacio de Memoria que vamos a construir, si cada vez que nos juntamos por ese tema nos sobrevuelan con helicópteros”.
Tras la más reciente vandalización las agrupaciones denunciaron el hecho ante el Juzgado Federal número 2 de San Martín, a cargo de Alicia Vence, quien investiga los delitos de lesa humanidad sucedidos en Campo de Mayo, y advirtieron a la Secretaría de Derechos Humanos y al Ministerio de Defensa, desde donde se puso en marcha una investigación al respecto, según indicaron fuentes oficiales a Iris, y prometieron “ordenar una custodia”.
Juicio y castigo
Los siguientes hechos fueron demostrados antes un tribunal oral. Floreal “El Negrito” Avellaneda tenía 14 años cuando el 15 de abril de 1976 fue secuestrado junto a su mamá de la casa de sus tías en la localidad de Munro, Partido de Vicente López. El 14 de mayo del 1976 hubiese cumplido 15 años. Ese mismo día su cuerpo apareció junto a siete cadáveres más, en la ensenada del Puerto de Montevideo, en Uruguay. Los ocho habían sido asesinados y arrojados desde los vuelos de la muerte. Su cuerpo era el testimonio de terribles heridas provocadas por torturas, por haber estado atado de pies y manos, expuesto a mordidas de perros, y aunque lo tiraron de un avión, la causa de su muerte fue empalamiento.
Por este crimen, fueron condenados a cadena perpetua el general retirado Omar Riveros, ex comandante de Institutos Militares, de 86 años. La sentencia incluyó condenas a los generales Fernando Verplaetsen y Jorge Osvaldo García, a los capitanes César Fragni y Raúl Harsich, y al ex policía Alberto Aneto.



