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La esperanza de una vacuna para el COVID-19, en manos de científicas argentinas
La Universidad Nacional de San Martín se suma al desafío mundial para encontrar la vacuna. Juliana Cassataro, doctora del CONICET del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la UNSAM, lidera un equipo de once científicos para desarrollar la vacuna contra el COVID-19. Se trata de la primera iniciativa de este tipo en toda Latinoamérica.

A raíz de este proyecto, Argentina se convirtió en el primer país de Sudamérica en sumarse a los proyectos de lucha contra el Coronavirus. Científicos de todo el mundo trabajan contra reloj para el desarrollo de la vacuna. Hay más de 115 proyectos en investigación.
Zorzal diario dialogó con la coordinadora del equipo de científicos, Juliana Cassataro, especialista en inmunología, enfermedades infecciosas y desarrollo de vacunas, quien remarcó la importancia de invertir en ciencia y tecnología: “Antes que nada esperamos que la experiencia de esta pandemia sirva a la mayoría de los países para mejorar y valorar el sistema de salud público y para aumentar la inversión en ciencia, tecnología y salud. Esto permitirá tener un sistema sanitario y científico lo suficientemente desarrollado para enfrentar los desafíos que plantean los agentes infecciosos emergentes y reemergentes como es el caso de este virus”.
“Esperamos que la experiencia de esta pandemia sirva a la mayoría de los países para mejorar y valorar el sistema de salud público y para aumentar la inversión en ciencia, tecnología y salud”
“Estamos recién empezando, es un proyecto que nos financió la Unidad Coronavirus del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación hace 15 días. Somos un grupo multidisciplinario de inmunólogos, que ya veníamos trabajando en vacunas, virólogos y expertos en estructura de proteínas”, declaró Cassataro.
“Si contrastamos los hechos, la importancia de la vacunación es indiscutible”, aseguró años atrás Juliana Cassataro contra los movimientos antivacunas. El equipo de investigadores ganó un subsidio de 100 mil dólares para avanzar en este proyecto.
El proyecto argentino se encuentra en una fase de estudios preclínicos, que puede durar de 9 a 12 meses. De conseguir buenos resultados, se necesitará más financiamiento para comenzar la etapa clínica. “Ahora estamos en la parte en la que los especialistas virólogos y de estructura de proteínas se encuentran eligiendo cuáles son las partes del virus (SARS-CoV-2) que se van a usar en la vacuna, porque nos queremos asegurar que tenga los antígenos de la cepa que circula en nuestra región”. afirmo la investigadora.
Y agregó: “probaremos con diferentes adyuvantes o formulaciones en ratones, para ver la inmunogenicidad, y ver cual de todos los que probamos da la respuesta que buscamos, que es encontrar anticuerpos neutralizantes del virus”. De tener éxito, esta vacuna se podría aplicar de forma oral, lo cual facilitaría su fabricación y distribución.

Juliana Cassataro lidera el grupo de científicos conformado en su mayoría por mujeres: Karina Pasquevich, Lorena Coria, Diego Álvarez, Eliana Castro, Claudia Filomatori y Lucía Chemes, y los becarios Celeste Pueblas, Laura Darriba, Laura Bruno y Eugenia Bardossay.
“Lo que vamos a desarrollar es una fórmula de vacunas a subunidad, con proteínas recombinantes, como la que se da contra la Hepatitis B, pero vamos a probar también con adyuvantes conocidos como los que se dan contra la Influenza estacional. También probaremos unos compuestos que tenemos patentados con el CONICET y UNSAM que mejoran la administración oral, probaremos las dos cosas, es decir la vía oral y parentenal -se aplica por vía intramuscular o a través de la piel (subcutánea)-. La que funcione mejor, y además sea más económica en cuanto a su producción y facilidad de administración, es la que vamos a seguir”, detalló la coordinadora del proyecto.
“Probaremos con diferentes adyuvantes o formulaciones en ratones, para ver la inmunogenicidad, y ver cual de todos los que probamos da la respuesta que buscamos, que es encontrar anticuerpos neutralizantes del virus”
Esta buena noticia se suma al descubrimiento del kit rápido de detección temprana también desarrollado por investigadores del Conicet.
Lautaro de Vedia, médico infectólogo y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) en declaraciones a Infobae sostuvo: “se estima que antes de los 12 a 18 meses podamos contar con la vacuna, que haya estado lo suficientemente demostrada en cuanto a su seguridad -que no sea dañina- y su eficacia -que sea significativa-, luego habría que fabricar una importante cantidad de dosis y finalmente distribuirla y administrarla, pero también seleccionar a quién se le administrará, si a todo el mundo o a los grupos de riesgo”.
Juliana Cassataro es investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-INTECH) de UNSAM.
También se desempeña como docente de grado y posgrado, jurado y directora de tesis de grado y posgrado.
Publicó más de cuarenta artículos científicos en revistas internacionales con reconocimiento de pares y recibió seis premios, como el otorgado por la Fundación Bunge y Born, en la categoría: Estímulo a Jóvenes Científicos. Además, entre los 10 subsidios que obtuvo, recibió dos de la fundación Bill & Melinda Gates. Realizó alrededor de cuarenta y cinco presentaciones en congresos nacionales y 26 en eventos internacionales.
