A siete años del Ni Una Menos, familiares de Natalia Sabán marcharon para reclamar justicia
A casi tres años del femicidio de Natalia Saban (16) en Villa Hidalgo, José León Suárez, el responsable Matías Agustín Cano se encuentra prófugo de la justicia desde el día de los hechos, el 8 de diciembre de 2019. Complicidad policial y una Justicia que no avanza. En un nuevo aniversario del Ni Una Menos, todo el barrio se movilizó para recordara a la joven y seguir exigiendo a la justicia que se encuentre al responsable. “Hoy marchamos por Nati, pero también por todas las que salimos y corremos el riesgo de no volver” expresó Malvina, mamá de Natalia.
A siente años de la primera marcha del Ni una Menos, la familia de Natalia Saban, junto a organizaciones sociales y políticas del barrio, hicieron una movilización desde la casa de la víctima hasta el “Espacio mujeres” municipal de José León Suarez. Durante la movilización, que se extendió casi dos horas y más de veinte cuadras, las amigas de Natalia repartieron volantes con su cara.
Malvina, la mamá de Nati, cuenta que casi tres años después, la justicia no avanza y que Alejando Pavón, padre del acusado que habría proporcionado el arma homicida, volvió al barrio. Pavón estuvo detenido 15 días por afirmar que él no había estado en el lugar de los hechos. El abogado que representa a la familia de Natalia, está tramitando las medidas para que Pavón no se acerque a la casa, cosa que se dificulta ya que viven a tan solo una calle de distancia.
El 8 de diciembre de 2019 Natalia Saban se encontraba en la casa de su novio, Matías Agustín Cano, a solo dos cuadras de su casa en la calle Zorzal e Ing. Huergo. Por la noche la familia se enteró que a Nati le habían dado un disparo en la cabeza. Ella fue trasladada al hospital de San Isidro donde estuvo internada en grave estado dos días hasta que falleció.
Las primeras declaraciones tanto de Matias Cano, como de su padre, Alejandro Pavón apuntaban que había sido un accidente cuando al hermanastro de Matías, un menor de 10 años, se le “escapó” un disparo mientras jugaba con un arma. Estas declaraciones fueron desmentidas tanto por los médicos que la atendieron en un principio como por los forenses, cuando las pericias indicaron que, por la trayectoria de la bala, era imposible que haya sido un accidente ya que en el momento del disparo, el arma se encontraba apoyada en la cabeza de Nati. Para ese entonces, Matías y su padre ya estaban prófugos y la casa donde ocurrieron los hechos, vacía.

El juez que lleva adelante la causa dice que es necesario que Matias Cano aparezca para que pueda dar su declaración de lo sucedido esa noche, y que comience el proceso judicial, pero todavía no aparece. “Quiero que llegue el momento en el que Matias esté preso para saber la verdad.” expresó Malvina.
Nati participaba del grupo de danza del centro comunitario “la Colmena” donde también funciona un jardín de infantes donde Natalia iba cuando era más chica. “Bailando te recordaremos, y en cada paso que demos tu sonrisa brillará” dice la bandera que sus amigas llevaron en alto. Sus compañeras recordaron aquella muestra de fin de año donde con un vestido blanco Nati deslumbró con su danza a todo el barrio. “Le gustaba bailar, cantar y lo hacía muy bien”, dijo una de sus amigas.
Quienes acompañan el caso refuerzan que es importante apuntar a la complicidad policial. “¿Cómo puede estar desaparecido el acusado durante casi tres años?”, se preguntan. Según las amigas de Natalia, en realidad nadie lo está buscando.
Natalia Saban se sumó a la lista de nombres de mujeres víctimas de femicidios en San Martín. Como un ritual, las organizaciones del distrito junto a las familias, inmortalizan a todas sus víctimas con murales en las calles para que sus rostros no se olviden. Sobre la calle Zorzal y Cisneros está la cara de Nati, con su gorro violeta, los ojos achinados y una sonrisa en toda la cara.

