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Celebración de la Virgen de Copacabana
La fiesta de la Virgen de Copacabana, muy venerada en Bolivia y en otras regiones del Abya Yala, se celebró el domingo 8 de septiembre en el barrio Costa Esperanza. Zorzal Diario estuvo acompañando la celebración y en esta galería te mostramos cómo fue.
Texto: Ayelén González Granero y Leonardo González
Están ahí, aún entremezclados: Llameros, Pujllay y Morenada. Todavía sin sus vestimentas típicas y coloridas de baile, en la misa que rinde el padre Adolfo en la capilla Nuestra Señora del Rosario en el Barrio de Costa Esperanza, todos los septiembres en la fecha de la festividad de la virgen de Copacabana. Entre el resto de la gente de la colectividad que asiste se encuentran pasantes antiguos, próximos y actuales, gente del barrio curiosa o que ya conoce el evento, y se rinde ante el color y los sonidos.

Nos ofrecen realizar el Sahúmo tradicional a la Virgen: “pedí lo que necesites, para vos, para los tuyos”, dicen. Al terminar ya todo es papel picado y serenatas rompiendo la solemnidad de la misa. Tras unas cuencas de celebración a los pasantes, se prepara la procesión que recorre las callecitas de Costa Esperanza sorprendiendo a vecinos que almuerzan en sus casas, terminan las compras o vuelven de alguna gira.
La procesión recorre diez cuadras y vuelve a la capilla donde, en el patio de la misma, se demuestran las habilidades de baile de los Llameros, la sensualidad de la Morenada y la destreza de los Pujllay. Se suman colectividades como la paraguaya, con sus danzas típicas como “La Golondrina” y la peruana, con sus “Cuecas” y “Marineras”. Entre cervezas y sanguches de Chola, la tarde va cerrando con una torta por la celebración a la Virgen.
Aunque la fiesta no termina ahí, la colectividad se muda a la casa de los pasantes que ofrecen como plato Monte de Maíz, acompañado de carne guisada y más bebidas. Ahí ya solo hay alegría, comida, cerveza y cuecas en la intimidad del santuario que se arma para hospedar a la virgen hasta la próxima fiesta.
Cuentan los mayores que la Virgen de Copacabana es una devoción muy venerada en Bolivia y en otras regiones del Abya Yala. Su origen está vinculado al pueblo indígena de los antiguos Aymaras en la localidad de Copacabana, a orillas del lago Titicaca, en el departamento de La Paz. La historia de esta virgen comienza en el siglo XVI. Se dice que aproximadamente en el 1500, los pobladores de Copacabana tuvieron una desafortunada cosecha y buscaron una imagen religiosa para protegerlos y bendecir sus tierras.

Fue entonces cuando Tito Yupanqui, un indígena escultor, esculpió una imagen de la Virgen María, inspirada en la Virgen del Rosario. Al principio su trabajo no fue aceptado por los pobladores, así que tuvo que darse a la tarea de hacerle unas modificaciones hasta que finalmente fue llevada a la iglesia de Copacabana, donde la mamita se ganó el respeto y devoción de los pobladores. La Virgen de Copacabana se convirtió en un símbolo de sincretismo que fusiona la devoción por las imágenes eclesiásticas con la fe y la necesidad de protección de los pobladores indígenas.
Los aymaras vieron en ella una protectora de sus tierras y sus cosechas, y su culto se extendió rápidamente por la región. La imagen se encuentra en la Basílica de Nuestra Señora de Copacabana y, cada año, miles de fieles realizan peregrinaciones para rendirle homenaje.





