skip to Main Content

Ciudades de Cartón: circo social para conocer el barrio

Ciudades de Cartón se presentó en el Centro Cultural Plaza de San Martín. Se trata de una obra de teatro del proyecto Carpa Abierta que cuenta la realidad de los barrios a través de acrobacias circenses realizadas por los niños que viven en el distrito.

Ciudades de Cartón empieza con un pequeño video, con imágenes de archivo y videos de los nenes y nenas aprendiendo en el circo mientras juegan. Desde un primer momento ya hay en escena, a la vista, varias cajas de cartón, que ocupan todo el espacio, dispuestas de maneras diversas. Cuando el video termina los primeros en aparecer son dos de los profesores quienes hacen una breve introducción sobre la historia de los barrios donde viven los 38 niños de entre 6 y 15 años, Independencia y Loyola, mientras utilizan las cajas para contextualizar e ir formando el barrio.

 

Carpa Abierta es un proyecto de circo social que inició hace cuatro años. “Surgió como un programa del Ministerio de Cultura de la Nación en 2015, que trabajaba articulando con el Ministerio de Educación y el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi). Ahí empezamos a trabajar con los chicos del barrio Independencia, de acá de San Martín, y  del barrio Mitre, de Saavedra, y así paso el primer año”, cuenta  Fernando Rosen, coordinador y director del proyecto, a Zorzal Diario.La música cuenta la historia de la obra mientras los chicos y las chicas empiezan a crear su ciudad de cartón con todas las cajas que estaban distribuidas por el escenario.

 

Sobre la escenografía, Fernando cuenta que las cajas de cartón fueron pintadas por los chicos. “Hicimos una jornada en la que cada niño agarra una caja y la pinta. Después sobre esos dibujos nosotros hicimos una pequeña intervención que fue una línea negra en cada caja, para darle una continuidad más compacta, pero todos los dibujos son hechos por ellos, sin ningún tipo de intervención nuestra, libres”.

Las cajas pintadas les sirven a los nenes para ir armando su ciudad, que a veces parece cerrada y oscura pero que si ellos las pintan y la van construyendo se vuelve un lugar más alegre donde juegan, se divierten y muestran sus habilidades y acrobacias circenses, mientras sus profesores los cuidan y actúan con ellos.

“El año pasado trabajamos con el director César Brie, él escribió el texto que era un poco más largo pero este año lo acortamos porque los chicos fueron aprendiendo más cosas y entonces hicimos algunas modificaciones para sumar cosas más técnicas”, relata Fernando, después del espectáculo, mientras va guardando los cables del proyector y del equipo de sonido. “Trabajamos y fuimos pensando qué objeto podía ser, tenía que ser un objeto que condense un poco algo de la realidad de los chicos y re-significarlo, se nos fue ocurriendo esto de las cajas. Además, este año le sumamos una escena que trabajé yo, aparte con los profesores: la escena del principio es nueva, porque nos pareció que estaba bueno dar cuenta un poquito más de la historia del barrio, porque va teniendo más contundencia lo que ves de los chicos cuando conocés el barrio, cuando conocés algunas pequeñas cosas”, remarca.

Con este mismo objetivo, cuando promedia la mitad de la historia, se proyecta un video corto sobre los nenes, donde cuentan quiénes son, qué quieren ser, qué les gusta, qué no, qué desean. Cada uno es diferente pero sus deseos, alegrías y esperanzas son muy similares, todos quieren lo mismo: ser felices ellos y sus familias.

Cuando vuelven a escena las acrobacias siguen, hay sogas, aros de ula ula, malabares. Los chicos se corren a una esquina y los profesores despejan el camino, ponen un trampolín y dos colchonetas. Uno a uno los nenes van pasando, saltando en el trampolín y mostrando lo que pueden hacer. Faltan casi diez chicos en la fila para que salten en el trampolín cuando se corta la luz…hay silencio, no sabemos si es parte del show o no… Desde un costado uno de los nenes grita: “yo sabía que algo iba a pasar”, y toda la sala se ríe junto con el nene. Puede pasar, son gajes del oficio. La luz vuelve, la música vuelve a sonar, el show continua, los chicos terminan de pasar y los profes arman un muro con las cajas de cartón que, segundos después, los chicos tiran abajo trabajando todos juntos.

La música sigue de fondo, los chicos están en escena y mostrando sus trucos, juegan entre ellos, se divierten, se ríen con sus profesores. La obra termina, los aplausos comienzan, la fiesta sigue porque ellos se siguen riendo y abrazando.

Fernando se acerca al escenario emocionado y agradece, los chicos lo aplauden y lo abrazan fuerte. “Agradecemos que hayan venido, esperamos que les haya gustado y seguimos trabajando para ellos, para entender que este espacio es de ellos, para ellos y por ellos”, dice emocionado y rodeado de todos los nenes.

Desde 2016 Carpa Abierta ya no cuenta con el apoyo del Ministerio pero consiguieron el apoyo de una fundación italiana que los sostiene hasta hoy. El año pasado, Oscar Minteguía, el secretario de Desarrollo Social de la Municipalidad de San Martín, conoció el proyecto y lo sumó al programa “Identidad”. Este año, Carpa Abierta sumó dos nuevas sedes dependientes del municipio, en los barrios de Villa Concepción y Costa Esperanza. “Ahí vamos apostando a que para nosotros estas actividades tienen que ser parte de políticas públicas: la inclusión social se tiene que dar también a través del arte y la cultura”, asegura el director del proyecto.

Los chicos van y vienen en micro, porque las clases se dan en el Espacio Cultural Nuestros Hijos, en el predio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada, dos veces por semana, son gratuitas para todos y, según las palabras de Fernando Rosen: “todos los chicos reciben una merienda saludable las veces que vienen al ECuNHi”.  Además, este año el proyecto Carpa Abierta hizo un viaje a Mar del Plata. Fernando cuenta que: “El 2 de noviembre estuvimos en el club del teatro en Mar del Plata gracias al apoyo de SMATA que nos consiguió la hotelería y la comida de todos los chicos gratis.  Así que, vamos apostando por eso, por la inclusión de estos niños que son de barrios muy vulnerados, con necesidades básicas muy vulneradas, así que apostamos por esto”, advierte Fernando.

El proyecto crece cada año, con más sedes y con más chicos. El director del proyecto Carpa Abierta finaliza marcando un fuerte contraste: “Hoy en día el 80% de los chicos de la Argentina no accede a actividades extra curriculares, es un dato de la UCA, del observatorio de la deuda social. Y ese porcentaje se aumenta cuando hablamos de niños pobres, al doble. Los niños pobres tienen la mitad de posibilidades de acceder que los más pudientes. Creemos que eso es una injusticia y que tiene que ser saldada mediante políticas públicas, con un Estado que vaya bancando cada vez más y mejor este tipo de programas”.

Foto: Andres Cardoso

Back To Top
×Close search
Search