El genocidio sionista contra el pueblo palestino no es un hecho aislado ni un “conflicto reciente”:…
Comedores sin comida
Miles de comedores comunitarios de todo el país se manifiestan frente a la emergencia alimentaria.
A veces el humor es un aliciente para soportar el contexto. “Es famoso nuestro guiso de polenta”, comenta entre risas, Victoria, cocinera comunitaria del comedor “Conquistando sonrisas”, a pesar de que el gobierno nacional niega la asistencia alimentaria a los comedores comunitarios desde que asumió en diciembre pasado.

El barrio Villa Esperanza pertenece al municipio de 3 de Febrero, y la vista del comedor “Conquistando sonrisas” podría ser pintoresca pero el arroyo Morón es un curso de agua sucia y contaminada, que crece con las lluvias y llega hasta las casas precarias, construidas a pocos metros de la orilla. Al comedor asisten, en promedio, unas veinticinco familias. Aseguran que el número de comensales aumentó en el último tiempo, debido a las políticas de ajuste y al deliberado incremento en el “costo de vida”.

En el mientras tanto, quienes llevan adelante los comedores, se la rebuscan como pueden. “Como hay varios comedores cerca, nos turnamos para abrir, así los vecinos de otros barrios se pueden acercar. Nosotros (Conquistando Sonrisas) abrimos martes, jueves y viernes”, afirma Victoria. Debido al aumento en la carga de la garrafa de gas (promedio de $8.500) comenzaron a cocinar a leña. Para conseguir la madera suelen bordear el arroyo buscando ramas, troncos, etcétera. “Si no, algún vecino acerca algo para quemar, un mueble viejo…”, dicen.

Ante esta situación de inasistencia en que se encuentran todos los comedores del país, la UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular) junto a organizaciones sociales, llevaron el reclamo hasta el Ministerio de Capital Humano donde la Ministra Sandra Pettovello, tras una serie de idas y vueltas, rehusó atender a quienes acercaron la solicitada bajo el lema: “La única necesidad y urgencia es el hambre.”

Por otra parte, los trabajadores y trabajadoras de la economía popular acercaron la misiva hasta los grandes supermercados de cada barrio, con la intención de apelar a la humanidad de los empresarios. La situación es sumamente crítica. Desde la UTEP contabilizan más de cuarenta mil comedores en todo el país y estiman que el desabastecimiento a dichos espacio de ayuda social afecta a más de cuatro millones de personas. Estos números (fríos y alejados de la gente) son datos oficiales, pertenecientes al ReNaCom (Registro Nacional de Comedores y merenderos comunitarios), ente gubernamental ubicado dentro de la cartera del Ministerio de Capital Humano. Gabriela Belloni, referente del sindicato de la Economía Popular de Tres de Febrero asegura que, hasta el día de la fecha, no hubo ninguna respuesta del Gobierno Nacional. “Estamos en rojo, yo ya no sé qué decirles a los comedores y no queremos cerrarlos”.