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Comerciante gastronómico: “Con la segunda ola el trabajo nos bajó en un 70%; estamos tocando fondo”
El integrante de la Cámara de Comerciantes Gastronómicos, Pablo Risso, marcó la situación que atraviesael sector en medio de la segunda ola de casos de Covid-19.
Pablo Risso es dueño del bar Basta Pablo situado en Villa Ballester, a pocos metros de la estación del ferrocarril Mitre. El comercio lo inauguró en el 2015 y por un año prevaleció junto a otro local que tenía en Palermo Hollywood, con el mismo nombre. “En vez de quedarme en Palermo opte por estar en Ballester, que es el lugar donde viví casi toda mi vida”, remarca su identidad con el barrio.

La pandemia que azota al mundo tiene como uno de los principales sectores afectados a la gastronomía. En el área metropolitana de Buenos Aires rigen las restricciones en la actividad a partir de las 19 horas, donde deben bajar sus persianas y solamente pueden continuar vendiendo sus menús a través del delivery.
“A los locales que trabajamos a la noche nos matan: nos saca el público en un 100%. Está el delivery como opción, pero sirve solamente para pagar mercadería. No sirve para pagar empleados, cargas sociales, alquiler ni servicios”, afirma a Zorzal Diario, Risso.
El panorama para los gastronómicos en la segunda ola no es alentador. “Cerraron varios locales el año pasado, pero creemos que van a cerrar muchísimos más este año”, señala. “Con la segunda ola nos bajó el trabajo en un 70% y en mi caso llega al 90%. No llegamos al mes que viene. Estamos tocando fondo”, gráfica la cruda situación que atraviesa el sector.
El gobierno nacional dictó programas como el Repro, para los sectores críticos de la economía. Pero su impacto, por lo menos para los gastronómicos de San Martín, es nulo. “El Repro es imposible de aplicar. Solamente pueden acceder empresas multinacionales y cadenas muy exitosas, que no es nuestra situación”, describe.
A nivel municipal, la respuesta del gobierno local avanza lentamente. “La semana pasada tuvimos una reunión con José María Fernández (secretario de Gobierno) para poner enviarles el nombre de los locales, para hacer una condonación del 100% del ABL y un 50% de la tasa de Seguridad e Higiene. Así que esperamos que se cumpla”.
“En otros municipios hay ayudas al sector gastronómico. Si bien nosotros tuvimos muchas reuniones con el municipio, todavía no hay nada. Estamos en promesas: Esperamos que esas promesas se cumplan. Estamos a la espera pero no tenemos tiempo para esperar”, agrega Pablo Risso.

“Opte estar en Ballester antes que quedarme Palermo”
Pablo Risso (41 años) recorrió un largo camino hasta poder alcanzar el sueño de tener su propio bar. “Empecé a los 16 años a trabajar en los mejores hoteles de Buenos Aires: el Hilton, Sheraton y Sofitel. Y trabajé en el restaurante Rodizio”. Llegó a viajar por el mundo en crucero durante seis años, por lo que sus allegados le decían “basta Pablo”, frase que luego se convirtió en nombre de su marca.
“El paso anterior a buscar el dinero que necesitaba para abrir mi propio local fui a trabajar en un crucero dando vuelta por todos lados 9 meses sin francos, trabajando 13 horas para cumplir mi sueño de abrir un bar”. Así lo hizo y pudo conseguir tener su propio comercio gastronómico en Palermo Hollywood.
“Con la crisis con (Mauricio) Macri en 2016 lo vendimos y acá ya estábamos hace un año”, recuerda. “En vez de quedarme en Palermo opte por estar en Ballester, que es el lugar donde viví casi toda mi vida”.
Pablo Risso comenta que encontró su vocación en la gastronomía y que su felicidad se da “cuando el bar está lleno con gente divirtiéndose, disfrutando la comida, la buena música y la atención”. Por eso expresa que el año pasado, durante el cierre en la gastronomía, fueron “los peores 7 meses de mi vida y ahora estoy viendo en cómo se está transformando en eso otra vez”.

“Esto de no verle la cara a la gente, mandarle un paquete con la comida que sufre en el viaje. No es lo mismo que te comas acá un vacío al roquefort que te pongan en una moto y te tarde 20 minutos en llegar: la calidad no es la misma y el servicio no existe. Es otro rubro y que no disfruto”, finaliza en este sentido.
Un Polo Gastronómico en San Martín
Los comerciantes del sector apuestan a que se consolide un gran polo gastronómico en San Martín y que existan políticas municipales que acompañen el proceso. “No nos están teniendo en cuenta. Creemos que es un lugar donde hay mucha gente viviendo que le gusta la movida gastronómica”, manifiesta Risso, también Integrante de la Cámara de Comerciantes Gastronómicos.
Para esto, plantean que cuando pase la pandemia, se puedan armar paseos gastronómicos en las plazas y se puedan incluir shows musicales en los bares y restaurantes. “Estamos tratando de trabajar y que San Martín sea más lindo, con más opciones y sea un lugar donde vos puedas invertir y que no haya trabas; puedas trabajar mientras cumplas con los requisitos que se piden. Vemos cosas que están muy verdes y hay promesas que no se cumplieron”, comenta.

Por último señala: “San Martín creció mucho con respecto a lo que es gastronomía. Hay muchas opciones variadas. Creemos que como polo gastronómico creció muchísimo y ayuda muchísimo al municipio tener un polo gastronómico en San Martín”.