skip to Main Content

Céfiro: Cooperativismo cultural

Un sitio abandonado hoy funciona dedicado a las expresiones artísticas, a pocas cuadras de la estación Tropezón del ferrocarril Urquiza.

El Galpón Cultural El Céfiro esta dentro del taller ferroviario que bordea la estación Tropezón. Cuando Lucas llegó hace 4 años, se había encontrado con un lugar “en pleno Caribe Bonarense”, que estaba adquiriendo fama de “peligroso” e “intransitable”, los vecinos veían como el espacio era ocupado de manera ilegal. Nada parecía indicar por esos años que ahí mismo se montaría un sitio donde funcionarían talleres de circo y teatro, radio, huerta y una biblioteca popular.

“Nos encontramos con un lugar destruido, primero porque fueron muchos años de abandono. El tiempo que estuvo ocupado previo a nuestra llegada se practicó una lógica de canibalización del espacio, en la cual se desmembraba un pedazo para emparchar el otro, con pisos destruidos, un techo inexistente, con las cañerías tapadas, sin instalación eléctrica, con los portones desarmados, los baños en condiciones inutilizables. En ese sentido la verdad que tuvimos que hacer de todo”, cuenta Lucas al Zorzal mientras recorre el espacio mostrando cada una de las instalaciones.

Su acercamiento al galpón se dio cuando era parte del programa de circo social brindado por la municipalidad de San Martin. En el 2013 junto con un grupo de amigos constituyeron una cooperativa y les dieron el tutelaje del lugar. Ellos venían de varias experiencias desde el año 2007 con distintas agrupaciones culturales del distrito, como la Martin Fierro. Se acercaron al espacio con un gran desafio: convertirlo en un centro cultural.

“Hubo mucha creatividad y mucha voluntad a la hora de reciclar y de rearmar. Mucha participación de la gente que se arrimó. Siempre hubo alguien que se acercó a poner una herramienta, a poner un inodoro, a poner el hombro y la fuerza de trabajo. Porque al vecino le gusta que en donde antes no se podía pasar después de las diez de la noche hoy haya un lugar iluminado y con vida”.

Hoy el Cefiro es un espacio que tiene todas sus instalaciones repletas de actividades, se brindan una veintena de talleres, y se ha constituido una radio FM comunitaria que por ahora no funciona por culpa de un rayo que cayó quemando casi todas los equipos. En el galpón también funciona una escuela de circo donde acuden alrededor de 30 chicos por semana, y también se realizan otras disciplinas artísticas.

 

“La gente en el Céfiro se va a encontrar un potencial enorme, donde hay circo, danza, canto, guitarra, radio, literatura, expresión corporal, yoga, dibujo, artes plásticas de todos los calibres. Se va a encontrar, desde mi visión personal, una apertura formidable a que se generen propuestas para hacer en el espacio, cualquiera que venga y se ponga a laburar tiene las puertas abiertas. Si después le prestan atención, van a ver que por todo el espacio hay cartelitos puestos. Si ves una tarea, es tuya”.

Los que quieran acercarse al Céfiro, lo podrán hacer en cualquier momento de la semana, después de las once de la mañana hasta las diez de la noche. En el galpón siempre hay gente trabajando que le podrán brindar una respuesta tanto sobre la inscripción de talleres como la posibilidad de brindar un espectáculo. Las propuestas se debaten en las asambleas que se realizan los martes a la noche y ahí se decide. Lucas dice que hasta ahora nunca le dijeron que no a una propuesta. También podes encontrarlos en facebook como Céfiro Galpón Cultural.

Por Mariano Quiroga.

Fotos: Evelyn Schonfeld

Back To Top
×Close search
Search