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El cielo siempre es distinto

Texto y fotografías por Magalí Sillaro

Mi viejo bien guardadito por su edad, mi hermana de home office, yo salgo a comprar, salgo a la calle, “soy libre” me dicen en chiste.

¿Sos libre? Vas caminando, sentís el viento y el sol, pero no podés disfrutarlo porque te ahoga el barbijo. El barbijo que te salva, pero que te ahoga. Es como la cuarentena misma, te ahogas en tu casa, pero te está salvando. Nos está salvando.

Mirás el cielo, mirás tu patio, tus plantas, tu gata siempre en la ventana, tu vecina colgando una sábana. Pero ese cielo… ese cielo siempre es distinto.

Y tenés el placer de mirarlo desde tu casa, con tu familia, con tu salud, tu excelente salud. Y notás que respirás, y que te sentís bien al hacerlo.

Y ahí agradecés. Vos agradeces.
Agradecé, no todxs tienen tus privilegios.

Este ensayo forma parte de la sección de Foto Reportajes: «Donde los pies pisan».

Magalí Sillaro, empezó con la fotografía desde los 14 años pero se anoto en la carrera de fotógrafa profesional a los 21 en la Escuela de Fotografía Infokus. Hasta que empezó la carrera, no se había dado cuenta que deseaba trabajar con una cámara.
“Hoy con 29 años es lo que hago, lo que amo”.
Actualmente cursa la carrera de Diseño, Imagen y Sonido, en la Escuela de Artes Visuales Antonio Berni, de San Martín. También trabaja en la realización de videos para redes.
“La fotografía es, para mi, mucho mas que solo un trabajo, es la herramienta que me da el lugar para que puedan ver a través de mis ojos. Para que puedan ver todo lo que pasa fuera de su alcance. Por la pandemia estoy limitada laboralmente y es la fotografía la que me permite aún hoy, mantener una estabilidad emocional”.

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