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Jardin Maternal La Montaña: “Hay que trabajar con les chiques desde la primer infancia”

El Jardín Maternal La Montaña, gestionado por la organización social Los Amigos, inició su actividad para los más pequeños con perspectiva de genero. “Discutimos hasta el color del guardapolvo que usan. Y profundizamos en que los colores, juguetes y los oficios no tienen género. También tenemos literatura infantil, que venimos analizando desde antes de trabajar con les chiques”, afirma Ana Mendoca, responsable del jardín.

El espacio está ubicado en la esquina de España y 2 de Abril, en el barrio Sarmiento. Allí, desde hace ocho años funciona un espacio de atención comunitario que empezó brindando una copa de leche y trabajando con preadolescentes. Con el correr del tiempo se dieron cuenta de que para producir un cambio hay que trabajar con las niñeces desde la primera infancia. Consideran que es la etapa justa para que incorporen valores éticos, morales y culturales distintos a los clásicos establecidos.

El objetivo es que los chicos reciban una educación diferente. Este proyecto fue una construcción en conjunto con los padres de quienes participan en el jardín. “Nos dirigimos a las niñas y niños sin imponerles nada. Somos muy cuidadosas en el trato y la educación que les damos. Los juegos que les proponemos son muy sanos. No enseñamos cuestiones de la anatomía humana ni de sexualidad. Acá las nenas juegan a la pelota y tienen el buzo del Hombre Araña. Es lo que pretendemos alentar”, asevera Mendoca, y muestra fotos de un festejo donde se puede apreciar que los varones y las nenas usan los disfraces sin los prejuicios que arrastran los adultos: hay princesos y superheroínas.Todo comenzó cuando el grupo de mujeres que trabajan en el centro comunitario Los Amigos se enteraron que podían solicitar el Programa de Primera Infancia (EPI), que depende del área de niñez, infancia y familia del Ministerio de Desarrollo Social de Nación. En 2015 empezaron a llenar los formularios con distintas organizaciones sociales que participan de la mesa Reconquista e hicieron la solicitud. Esa fue la primera chispa que encendió la llama del trabajo que estas mujeres comprometidas con la justicia social realizan a diario.

“El jardín nace por la sensibilidad de las mujeres que trabajan en este espacio. Es el anhelo compartido. Ellas tienen hijos y se les complica para cualquier cosa que quieran hacer, algunas de las chicas no tienen secundario completo y lo veían como algo lejano. Pero cuando surgió la posibilidad tuvieron la motivación”, cuanta a Zorzal Diario la responsable del Jardín Maternal La Montaña. Y continúa: “Cuando armamos el proyecto empezamos a capacitarnos para brindar lo mejor de nosotras. Lo hacemos con mucho compromiso, es mucha responsabilidad. Son niñes de 1 a 4 años. Por eso buscamos herramientas que nos permitan desarrollar la tarea con idoneidad”, explica Mendoca.

“Como organización nos costaba abordar la situación de los pibes con los que trabajábamos porque estaban entrando en la adolescencia. Es una etapa muy compleja para producir un cambio. Resulta muy difícil brindarles contención a esa edad. Nos dimos cuenta que hay que empezar antes. Hay que trabajar con les chiques desde la primer infancia” confiesa Ana.

Cabe destacar que el EPI ofrece una beca por cada chico que participe. Las mujeres del espacio cobran un salario social complementario, que resulta un pilar fundamental para que funcione. La organización empezó a trabajar con Nación y después con los programas bonaerenses. “De este modo conseguimos las becas de Unidad de Desarrollo Infantil (UDI) que depende de la provincia. Esto nos aumentó la beca por cada chico y nos brindó la posibilidad de ofrecer almuerzo además de la merienda, cosa que antes no podíamos. También logramos sumar a una compañera como cocinera. Además de generar posibilidades para el jardín, pudimos generar una mejor situación laboral para nosotras”, explica Mendoca.

“Entendemos que estos salarios nos corresponden, porque somos parte de la economía social y popular. Es muy poco dinero, pero es un reconocimiento para las chicas que trabajan haciendo lo que les gusta”, agrega Mendoca. El salario social complementario establece su monto como medio salario mínimo vital y móvil, y en la actualidad es de 7.500 pesos. El equipo del jardín maternal está formado por: Daniela Cruz, Fabiana Herrera, Mélani Arias, Mónica González, Pamela Fretes y Ayelen Marciales. Ellas realizan un fecundo trabajo para completar sus estudios secundarios a través del Plan Fines.El trabajo de las mujeres ha obtenido resultados positivos, que se pueden palpar en la cotidianidad viendo a los más pequeños jugar en paz y armonía. La forma en la que se desenvuelven y resuelven sus problemas en el jardín tiene otra perspectiva. El equipo docente dedica mucho tiempo a la investigación empírica y de campo sobre la violencia contra niños, niñas y adolescentes.

“Nos apoyamos en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Allí está la Dirección de Género que nos brindó varias capacitaciones antes de arrancar. Las pibas de este equipo también participan en este espacio y nos ayudan con talleres para educar a nuestros chiques con perspectiva de género. De forma presencial también nos brindan asesoramiento en forma constante. Nos orientan en educación sexual integral, pero acá no lo llamamos así porque sabemos que genera polémica, lo hacemos para educar a los chicos y poder responder las dudas de sus familiares” detalla Mendoca, a este diario.

Las mujeres hacen reuniones, charlan y se asesoran con distintas disciplinas que les permites desenvolverse mejor: “A las chicas del equipo de género de la UNSAM se les ocurrió articular con una biblioteca ambulante que se llama ‘Oasis’, que se dedica a juntar libros de distintas colecciones y editoriales para chicos y con prospectiva de género. Esto nos abrió mucho la cabeza. Hay material a disposición de los chicos, para nosotras y para responder las dudas de las familias”, asegura Mendoca.

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