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Los clubes de barrio, de emergencia en emergencia

El periodo 2015-2019 les propició a las instituciones aumentos exponenciales en las tarifas de servicios públicos que pusieron en riesgo su funcionamiento. La pandemia del Covid-19 llegó para darles otro golpe a su subsistencia. 

Los clubes de barrio se las rebuscan para atravesar la pandemia y la emergencia sanitaria y social que atraviesa la Argentina. Muchas de las instituciones no se tomaron cuarentena y sostienen actividades en sus barriadas, dirigidas a la contención de sus comunidades, mientras afrontan múltiples gastos y rojos fiscales en sus cuentas. 

“La pandemia nos ha puesto en una emergencia dentro de otra emergencia que ya veníamos padeciendo: los aumentos siderales que se produjeron con las tarifas de los servicios en el gobierno anterior nos dejó muy mal parados”, cuenta a Zorzal Diario Graciela Liberti, presidenta del club 3 de Febrero. La institución se encuentra en la calle Isla Malvinas 2681, en el barrio de San Andrés.

Graciela Liberti contaba en febrero de 2019 que el club que preside pasó de pagar en servicios públicos menos de $10.000 en 2015, a $180.000, cuatro años después. El club 3 de Febrero fue una de las instituciones que dieron pelea para acceder a una tarifa social, que vaya acorde a los ingresos y el rol social que sostienen las instituciones de estas características.  

David Álvarez, es presidente de la Sociedad de Fomento 12 de octubre ubicada en el barrio de Villa Bonich -Calle Industria 5036-, donde se las arreglan como pueden para sobrevivir y afrontar las deudas: “hemos agotado los recursos de ahorro que teníamos para poder sostener los gastos fijos de la energía y el agua”.  

Lo que más dificulta la vida de los clubes de barrio son los incrementos exponenciales que hubo en los servicios públicos -como la luz, el agua y el gas- durante el gobierno de Mauricio Macri. Álvarez dice “nos han establecido tarifas en los últimos años que no tienen que ver con lo social ni con familias particulares. Nos han impuesto un gasto en tarifas que tiene que ver con la producción y el comercio. Es algo que no se puede creer, que nos tengan medido de esa manera cuando sabemos que instituciones como las nuestras, lo que hacen es trabajar para y en pos de la comunidad”.

En el club Florentino Ameghino, que se encuentra en la calle General Paz 1828, en Villa Ballester, sus ingresos quedaron reducidos a cero. Su presidente, Rubén Adolfo, afirma que el club se encuentra en una “situación terminal”. Sus puertas se encuentran cerradas desde que comenzaron las restricciones y las deudas en los servicios públicos se acumulan. “Tenemos que afrontar el pago de la luz, que hace cuatro meses no la estamos abonando porque no tenemos ingresos”, expresa.

Adolfo cuenta que pese a tener las instalaciones cerradas, la empresa de energía continúa facturando como si el club estuviese abierto: “me llamaron de un estudio de abogados para querer cobrar: al no tener cuota, no tenemos ingresos y tampoco hay consumo. Nos siguen llegando las facturas como si el club estuviese en funcionamiento, es algo que Edenor debería modificar”, relata. 

“Entendemos la situación y tratamos de ser creativos”, dice Liberti sobre el ·club 3 de Febrero. Además de la cuota social, el club mantenía sus cuentas mediante los eventos sociales que se realizaban en la institución y las actividades de las escuelas allí. Durante el tiempo que se extiende la cuarentena debido al Covid-19, los socios y socias han intentado paliar algunos gastos mediante la venta de barbijos y alcohol en gel con el logo del club. También realizaron comidas para entregar por delivery y sorteos de objetos para recaudar fondos.“Lo venimos llevando y lo que hemos priorizado es el tema de los sueldos del personal. En ese sentido los ATPs, (Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción)  fueron un alivio muy importante”, asegura la presidenta. 

En el club 3DF, Liberti, destaca las políticas de ATP y la que suspende los cortes en los servicios públicos durante la pandemia pero describe que la mayoría de las instituciones “tienen dificultades con sus papeles”. Este reclamo se hizo llegar al ministerio de Turismo y Deportes que comanda Matías Lammens. En una reunión con la secretaría de Deportes, Inés Arrondo, y con el propio ministro, les plantearon esta problemática: “es necesario que haya una flexibilización en la inscripción del registro nacional de clubes para que puedan acceder”. 

“No están contempladas las instituciones como las nuestras, que su misión y trabajo es contener a los más jóvenes y a las necesidades que tenga cada comunidad. Nosotros no tenemos acceso porque no tenemos carpeta donde podamos respaldar pagos”, marca en este sentido, el presidente de el club 12 de Octubre. 

Sin actividad deportiva, el club 12 de Octubre mantiene activo su trabajo social en Villa Bonich: “recibimos la donación de productos lácteos, que estamos distribuyendo en la comunidad. Hemos accedido desde la Municipalidad a algunos bolsones de alimentos que van dirigidos a otro sector de nuestra comunidad que lo necesita y requiere”, cuenta el presidente. Además, a través de su radio, trabajan transmitiendo información para prevenir y cuidar la salud de los vecinos y vecinas del barrio.

El club 3 de Febrero también continúa con su trabajo de contención en medio de la crisis: “Estamos colaborando con un merendero que está cerca de Villa La Rana, acercándoles comestibles, artículos de limpieza y abrigo. También colaboramos con una escuela de educación especial donde juntamos ropa”, cuenta Liberti. 

La necesidad de fortalecer el rol social de los clubes de barrio

Tarifa social en los servicios públicos y la reglamentación plena de la Ley 27.098 de Promoción de los Clubes de Barrio, son dos de las demandas que sostiene este sector desde hace tiempo y que apunta a que se haga realidad en la pospandemia. 

“Esperamos que el Estado tenga un rol de acompañamiento mayor; la pandemia, va a dejar secuelas en todo lo que es el entramado social-marca Liberti- Creemos que los clubes tenemos un desafío por delante para ayudar a que esta sociedad no se desmembre. Que haya un apoyo anímico a los chicos, haciendo alguna actividad deportiva. Estamos abiertos a seguir cumpliendo el rol que estamos desarrollando hasta ahora, que es estar cerca de los chicos y las familias”.

David Álvarez afirma que “el común denominador de todas las instituciones es que el Estado vuelva a tener una interferencia y dicte algún tipo de reglamento que “otorgue a la comunidad servicios esenciales, que tienen que ver con la contención y la ayuda social. Las instituciones no ganamos  absolutamente nada con esto, simplemente cumple con la función para la cual fueron creadas”.

Las medidas del gobierno nacional para preparar a los clubes en la pospandemia 

El ministerio de Turismo y Deportes que comanda Matías Lammens, implementó el programa “Clubes en Obras”. El Estado dispondrá de 500 millones de pesos que serán destinados a mejoras en la infraestructura de más de 1000 clubes de todo el país.  

“Los clubes vienen con problemas de todo tipo. El objetivo es doble: mejorar la infraestructura de los clubes con las obras, lo que se transformará en un elemento reactivador para generar trabajo en esas ciudades y pueblos”, afirmó el ministro Lammens al matutino La Nación. 

Además, mediante la Resolución 173/2020 los clubes de barrio y sociedades de fomento estarán exentas de sufrir cortes en los servicios de energía eléctrica, gas por redes y agua corriente, telefonía fija o móvil e Internet y TV por cable, por vínculo radioeléctrico o satelital, mientras dure la cuarentena. 

Los clubes fueron declarados de “Interés Público” por los diputados bonaerenses

La iniciativa fue presentado por Facundo Tignanelli, presidente del bloque de diputados del Frente de Todos. El proyecto que declara de Interés Público, protege y contiene a los clubes de barrio y asociaciones civiles recibió la media sanción el 2 de julio. También establece tarifa cero o de consumo real en servicios públicos, exenciones impositivas y la gratuidad de los servicios bancarios y jurídicos.

“Estas asociaciones se han convertido en intermediarias imprescindibles para el acceso a muchos derechos y la mitigación de todo tipo de necesidades sociales”, afirmó Tignanelli. El bloque de Juntos por el Cambio se abstuvo en la votación. Para que sea ley, deberá pasar por la Cámara de Senadores, donde la oposición tiene la mayoría.

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