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Enzo Lupo y la Tribu Gitana: “El rock sobre producido no me gusta, le falta transpiración”
En la música de Enzo Lupo pueden rastrearse los sonidos de un país que calentó su sangre al ritmo del rock and roll, en sus letras se dibujan paisajes de San Martín, sus calles, su gente. Al musico lo acompaña La Tribu Gitana, banda con la que se estará presentando el próximo jueves 16 de marzo en Makena Club, en Palermo, para tocar temas de su reciente disco Música para cementerios. Zorzal Diario dialogó con el joven artista local para conocer su historia y su camino con la música.

Sobre el cuello de su camisa asoma el tatuaje de un corazón con la palabra “poetry”. Su rostro muestra una pequeña estrella tatuada bajo su ojo derecho. Enzo tiene 25 años y llega al patio del Club de la Música con su guitarra al hombro, con la que luego interpretará una versión acústica de su tema Tan jóvenes. En su casa siempre se escuchó música y eso lo marcó desde chico: “Tango y folklore, por parte de mi abuelo y después rock con mis viejos, aunque en el barrio se escucha de todo, se pelean las músicas de casa a casa”.
Su abuelo todos los sábados sacaba la guitarra, enchufaba el micrófono y daba un show para su abuela, su bisabuela y él. Los primeros recitales de su vida fueron ver a su abuelo tocando para tres personas: “Verlo sacar la guitarra del estuche y que suene desde un parlante, era un momento que me hacía flashear mucho. Tendría tres años desde que tengo memoria, seguro sucedía mucho antes. De hecho, me cuentan que cuando era bebé y nadie me podía dormir, mi abuelo me cantaba y ahí me dormía”.
Enzo se crió en Suárez, por Lanzone, “cerca del Padua”, dice para orientar su casa en un punto preciso, haciendo referencia al nombre de un colegio muy conocido en el barrio, donde vivió hasta hace poco mas de seis meses cuando pudo alquilarse un departamento cerca de donde trabaja.
Recién a los doce Enzo se animó a agarrar la guitarra de su abuelo e intentar tocar. De apoco fueron llegando las ganas de hacer música, fueron llegando las bandas que escuchaban sus padres y tíos: los Ramones, los Guns, Green Day: “Me crie ya en la época de internet, fue muy fácil ir conociendo más bandas e investigando. Además del rock, también escuchaba mucho rap español y de Estados Unidos. Mi primera banda la armé a los catorce años, se llamó Insomnes, duró siete años. La primera vez tocamos en el colegio, ahí me di cuenta que me gustaba ir por ese camino, subirme al escenario”.
A grabar que se acaba el mundo
Después que terminó Insomnes, Enzo cuenta que quedó solo y se largó solista. Mientras habla mueve sus manos y brazos, donde puede leerse “une saison en enfer”, el nombre del libro de Rimbaud, poeta maldito que cautivó a Jim Morrison y cambió para siempre la poesía moderna.

Tatuajes de cartas, dados, flores y libros llenan los brazos de Enzo, algunos pequeños otros más grandes: “A mi cuando me baja una idea me baja entera: ya se como la quiero vender, como la quiero mostrar, cual es la estética, la letra, cual va a ser la melodía, eso me hace difícil a veces trabajar con una banda”.
Así en 2020, en plena pandemia arrancó el proyecto con varios singles: “Todo acústico porque no se podía salir a grabar a un estudio, ni juntarse a tocar. Justo había pegado un buen laburo y me había comprado un par de cosas para grabar en casa, armé una bata casera y grabe un disco que ya sonaba más a banda de rock, Niño Voodoo“. Enzo lo grabó y lo mezcló, ademas de tocar todo también: bajo, bombo, redoblante, guitarra, voz y coros. “Bien crudo”, afirma el musico y explica la forma en que concibió la estetica del disco: “Ese sonido quería, me gusta mucho el sonido de los sesenta: los Stones, Bob Dylan. También me inspira mucho a la hora de componer la música de Calamaro, los Smiths. Me encanta el sonido bien sucio, desprolijo, parece que está grabado en una licuadora. Si hacés rocanrol se supone que tiene que tener imperfecciones, el rock sobre producido no me gusta, le falta traspiración”.

El joven musico es un ferviente lector de novelas y poesía, de donde saca mucho para componer las letras de sus canciones: “Pizarnik, Kerouac, Gisnberg, Cortázar, Patti Smith. Estoy todo el día escuchando música y leyendo. El rock me fue abriendo las puertas de mucho de todo eso, es lo que más me gusta”.
Cuando era más joven de lo que es ahora, vivió el rock en las calles del distrito: “Mucho de lo que escribo son historias de Suárez, de San Martín, de Ballester, cosas que me pasaron a mi o alguien de acá. Cuando escribo una historia siempre meto esas cosas, armo un personaje y en base a ese personaje cuento historias que conozco, aunque quizá esa historia no existe como tal, sino que son pedazos de varias. Tiene que ver con las cosas buenas y malas de acá: que te choreen en la esquina de la casa de tu abuela, que apuñalen a tu viejo, cosas así que suceden, inevitables viviendo donde vivimos en el momento en el que estamos. El artista esta para eso, para contar lo que otros no pueden, pero también les pasa o lo sienten”.
Después de ese primer comienzo Enzo siguió investigando en la composición y grabación casera, así llegó Música para cementerios: “También lo grabé solo, quise experimentar con otras cosas manteniendo la idea del rock y las guitarras, pero también cosas urbanas, quise hacer esa mezcla”.
Desde los dieciséis años el joven de Suárez es un asiduo visitante de los cementerios: “Empezó cuando nos rateábamos del colegio con amigos para irnos al cementerio de Chacarita, a la tumba de Gardel, con un whisky, prenderle un cigarrillo y brindar con él. Era ir a saludar al santo nuestro, había una mística muy linda. Ibas caminando por ahí y estaba la tumba de Alfonsina Storni, de Troilo, Goyeneche, toda gente que nosotros admirábamos y escuchábamos. Ya no estaban hacía decadas, pero de repente sentíamos que estaban al lado. Estábamos sentados charlando al lado la tumba de Goyeneche y me gustaba pensar que escuchaba la charla, entonces el disco fue un poco romantizar eso”.
La Tribu Gitana
“Para mi San Martín es muy místico”, enfatiza Enzo para hablar de su experiencia: “Yo lo viví así y me rodeé de esa gente toda la adolescencia. Es lo más importante que viví hasta ahora, es lo que tengo para contar: era todos los sábados estar en San Martín, en la movida del local del PC, alrededor de la plaza, yendo a los eventos que se hacían en lo que hoy es Orange y también Chankanab, y después la seguíamos en una casa en Villa Maipú, que desde el balcón veíamos la cancha de Chaca: tocando, escuchando música: la noche arrancaba a las ocho y terminaba a las siete de la tarde del otro día, dormíamos ahí, comíamos ahí, era una tribu gitana, de ahí viene un poco la idea de la banda también. Si pudiera poner en las letras todo lo que vi, serian mucho mejores. Estoy en esa búsqueda, expresar todo lo que vi en esa época”.

Recién en el verano del 2022 pudo armar una banda para salir a tocar las canciones. El proyecto paso a ser: Enzo Lupo y la Tribu Gitana: “No quería arrancar de cero después de trabajar tres años en el proyecto solista, por eso conserva mi nombre. Ahora somos una banda, hay gente que se encarga de filmar, de ayudarnos con la ropa para los shows y los videos. La banda somos seis: Rodrigo Martini: piano, Sergio Peluso: batería, Lautaro Satalino: guitarra principal, Andrés Uman: bajo y Juan Manuel Fonvela en segunda guitarra. Yo me dedico a cantar, al show y hago alguna percusión”.
Antes de cerrar la entrevista el musico reflexiona sobre el oficio del artista y sobre cómo sobrevivir en el día a día para pagar las cuentas: “Creo que los que trabajamos mucho y le ponemos el corazón a los proyectos merecemos vivir de lo que hacemos, pero por supuesto que no sucede así. Quizá para llegar a eso pasen años, si es que sucede. Además de todo lo que hago con la música, también trabajo de limpieza en las estaciones de tren, estoy en Belgrano C, frente al barrio chino. Siempre me gustó esa estación, desde arriba se ve toda la barranca y justo me tocó ahí. Es un trabajo que me deja la cabeza libre, yo estoy barriendo la escalera y estoy escribiendo una letra en la cabeza. Me permite escuchar música, no es un trabajo que tengo que estar hablando con la gente”.

